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miércoles, 5 de enero de 2011

Blue Moon.

"Blue Moon" es una historia de amor que escribí cuando estaba enamorado, leerla sin ese sentimiento puede tornarse tonta, cursi, y bobalicona, a menos que seas un enamorado eterno.

La concebí como una historia con Banda Sonora, porque la música te puede llevar hacía la emoción, hacía el recuerdo, y "Blue Moon", es una historia de evocaciones.

Les recomiendo escuchar primero la canción que acompaña, o abandona cada párrafo, en vez de leer con la canción.

Cada canción debería de funcionar como un preludio, interludio y epílogo de cada capítulo.

El enamoramiento es, en la normalidad,

el paradigma de la psicosis"

SIGMUND FREUD.


Empiezo a comprender

que todo este fortuito encuentro era sólo

para hundir los parpados en la desnudez del aire

y ensayar el escape por las rendijas de la ceguera propia

MARÍA PAZ.


¿Hasta cuándo el amor será prosaico?

ANDRÉS MARIÑO-PALACIO.


De algunas cosas, ella es mi único testigo.

EDUARDO LIENDO.


Todo este tiempo, un niño desnudo

ha estado en el umbral de la casa pintada de verde…

LUIS BRITTO GARCÍA.




Blue Moon

I

El impulso.

Todo fue llevado por el impulso. El primer beso que nos dimos en aquella plaza poco iluminada que olía a libro nuevo. De esa clase de libros que uno trata de estrujarlo como trapito para acariciar la cara, hasta que irremediablemente se convierte en manía, como la del niñito soñoliento que busca la manera de buscar un lugar de reposo para su dedo pulgar dentro de la boca, y abrigarlo para sentirse seguro, pero uno ya es grande y así suele pasar el tiempo, y no me imagino con el dedo pulgar ahora metido en la boca mientras te susurro cualquier línea de Cortázar al oído, ¿imaginas los cíclopes chupando dedo?

Y definitivamente sigo siendo un niño inseguro que necesita del dedo pulgar en la boca para contrarrestar mis teorías existenciales, ¿pero cómo se hace? El dedo en la boca, está mal. El ser inseguro, está mal. Pero el impulso. Nada como el impulso.

Y ese primer impulso del beso se convierte en magia. Pero no como la del conejito fuera del sombrero. Una magia que se da por las manías y los impulsos. Una magia que se da la mano con el miedo, al temor de quedar destapado, con dedo pulgar lleno de picante porque esta prohibido mamarlo.

Así fue todo.

Lleno de inseguridad, de dedos pulgares metidos inconcientemente en el abismo de la mente. Y un beso. El primer beso. El primer miedo. La primera inseguridad. El primer impulso. Creo que desde ese momento todo estuvo bien y mal a la vez.

Recordar las borracheras, la embriaguez que causaba la poesía, que te causaban mis besos, y yo reía porque quedabas atontada de tanta lengua y lengua y lengua. Y yo, altruista al fin, comparaba mis besos con un poema de sabor a vino tinto, y no era de preocupar –o por lo menos no me preocupaba tanto- porque sabía que te gustaban, bueno creía pensar que te gustaba, y eso me reconfortaba.

Igual nos quedaban las miradas silenciosas hacia el Ávila, y las sonrisas borrachas. Porque tanto silencio decías:

–Hace más puro el decir te quiero.

Y bueno, aquí me ves, un poco más sobrio de lo normal, con monos en la cabeza y una extraña ansiedad con sabor a té negro, es decir, a ti.

¿Cómo empiezo ésta historia sin dañarla con tanto tira y empuje de neófito? Las historias se escriben, no se dicen y yo jamás aprendí a escribir una, leía en el colegio la historia de otros, aquellos súper héroes de espada en cintura y mirada fiera que libertaron y des-libertaron, y desvirgaron. Eran héroes de la patria decían, llenos de sueños, ideales, utopías, miedos y ganas de sexo. Con “amantes”, “queridas”. Ósea, infieles con el cuerpo y serios con la patria osa decir la historia. Y aquellas pobres mujeres pensando que esos hombres querían algo o alguien. O más bien ¿disfrutaban ser el polvo seguro de cualquier libertador cansado de libertar? A veces a mi, me gustaría ser un héroe de la patria, y tengo que sincerarme con esto.

¿Y quién no tiene sueños, ideales y utopías en la vida? Así empiezan las historias y no era de faltar que la mía empezara con esa serie de elementos ya bien estudiados por el tiempo. Pero mi historia y mis héroes fueron cayendo desde un principio.

El impulso. Recuerda el impulso.

Desde el principio, desde la era de hielo, desde año "0", desde la pecera y el acuario, desde el universo y el BIG BANG, desde Darwin, desde hace tanto tiempo existen los héroes.

Y me comía los textos escolares de tanto patriota que existiese y era obligado.

–Tienes que conocer la historia de tu país- Me decían.

Y yo tonto al fin recordando algún verso de Nicolás Guillen preguntaba.

-¿Y cómo hago para conocer la mía?-.

Jamás me explicaron cómo llevar al papel mi historia, y a estas alturas la palabra no vale de nada, nadie sería capaz de comprarla, nadie se dignaría siquiera a escucharla con ahínco. Entonces vinieron los primeros problemas del impulso. ¿Qué escribo? ¿A quién le escribo? ¿Es tan importante lo que siento para escribirlo?, y navegando entre tanta pregunta me sentía Neruda. ¿Soy yo el que escribe o es mi mano impulsada por el deseo? ¿Es lo que digo lo que siento, o es sentir lo que digo? ¿No sería más fácil visitar un psicólogo? Menos tiempo, eso si, menos tiempo me queda de vida por cada minuto sentado frente al computador. Y buscando, buscando, me encontré con la lista.

“Cosas que hacer antes de morir”

Y la número 90, antes de sembrar un árbol, me dio la respuesta.

Materialízate calva que no me voy antes de echar mi cuento como es. Luego volví a divagar y sentí que era mejor hablarlo, y volví a caer en cuenta, que era una pérdida de tiempo colocarse todos los días en alguna esquina e ir complementado con las horas del día cada momento registrado nuevo por vivir que ya pasó, segundo a segundo, segundo a segundo, segundo a segundo. Pararme a las afueras de la estación Altamira y decir:

-Hola... con un beso aquí empezó mi historia.

-¡HIPPIE!...

-¡Insensible!

Es una lastima que jamás le pueda encontrar editor a mis palabras en el aire, todo sería más sencillo, y me da vergüenza contratar a alguien para echarle el cuento. Y en ese pensamiento aparecieron nuevamente las dudas ¿ Vergüenza? ¿ Vergüenza de qué? Yo mismo me doy pena. ¿Y el impulso, dónde queda el impulso? Y me postro, me postro a la deriva en lápiz y papel, coño y pensar, como si fuera tan fácil, nunca me gusto pensar, todos los héroes de la patria me los aprendí a punta de chuleta. Y para qué pensar, si aquí desde este lado de la plaza, la luna se ve menos llena que antes, y mejor alimentarla, darle de comer moderadamente con la mirada y jamás con el pensamiento. Pensar duele, agota.

-Jamás vas a ser alguien en la vida-.

Recuerdo haberle escuchado decir esas palabras a una profesora del colegio, cuando me encontró el zapato forrado en papel con la historia de Páez mal citada del texto escolar. Y creo que tuvo razón. Aquí estoy y paso tan inadvertido por la vida que a veces ni yo recuerdo quién carajo soy. Jamás pensé que un papel pegado en un zapato dijera tanto de uno para el futuro.

¿Y qué iba a hacer? Siempre me gustaron las repeticiones, Florcita la del pupitre de adelante siempre se chuleteaba de Carlos, y Carlos a su vez de Enrique, y Enrique de Manuel y Manuel de Sánchez y Sánchez viendo siempre la entrepierna de la profesora mientras masticaba el Lápiz Mongol #5 con más fuerza que de costumbre.

Buen examen muchachos, discúlpenme que debo ir al baño-.

Por eso decidí que en vez de poner como fecha patria el enumeramiento visual de la entrepierna de la profesora, yo mismo haría mis propias chuletas. Y que mala suerte aquella. Donde comprendí que era más divertido verle la entrepierna a la maestra, que el pedazo de papel en mi zapato. Díos te bendiga Sánchez, donde quiera que estés (Si es que aún estás) por tu manera tan simple de ver la vida.

Siempre nos quedará París, y discúlpame el cliché de la imagen, yo también estoy harto de leerla en cuanto libro se me atraviesa en el camino, pero nuestro pacto así lo fijó desde el principio, cuando por el impulso del primer beso te estampé en los labios un recuerdo que espero no borres hasta que sea propicio. Siempre nos quedará Altamira, nuestra París imaginaria, o tu Bogotá querida, pero para mí, París siempre esta infectada de imágenes y más claro que nunca veré tu rostro en la punta de nuestro amado obelisco como un dedo que acaricia infinitamente la panza del Ávila.

Te gustaba jugar a verla en silencio mientras tarareabas Blue Moon de Billie Holyday entre tus pensamientos, y de la misma manera, entre el suplicio y la delicia del momento cargado de nostalgia se difuminaba con el pasar de los segundos aquella canción, y entraba abruptamente en el momento, el recuerdo de que ya no estabas sola y que I've Got You Under My Skin era tu Soundtrack personal favorito para tal situación y dejabas de mirar sin nada que te lo impidiera el Ávila para corroborar en mis ojos que eras –por ese instante- otra persona. Y yo me convertía notoriamente sin previo aviso en el tipo más cursi de Caracas, sin saber qué lo propiciaba, dejándome llevar por unas pupilas dilatadas que me emborrachaban cada vez más, por un silencio imperecedero que poco me molestaba.

Finalmente me temblaban las rodillas y yo hacía metamorfosis cósmica con mi yo interno, y más que transfórmame en un escarabajo que queda patas arribas, me convertía en la ultima pieza por poner de un rompecabezas que alguien en Estilmoltug terminaba de armar, y por cosas de la razón momentánea, plegaba perfectamente dejando sobre la mesa todo un rompecabezas de girasoles cargados de luz. Y me convertía en el grito de un niño que acaba de recibir el regalo anhelado.

Siempre nos quedará ésta historia mal contada, malversada, altruista y ¡psicopatica!, como amabas aquella palabra.

Y pienso que mis palabras ya fueron escritas por otros, no por héroes, o poetas ni mucho menos aquellos llamados literatos o intelectuales de una época, de cierta época, de nuestra época, sino por otros que también han vivido –o sentido- lo que nosotros hemos vivido y sentido, y leemos, y casi hablamos a sabiendas que ya alguien se tomó el atrevimiento de contar nuestra historia, de hacerla llegar mucho más lejos de lo que yo quiero hacer llegar la mía, porque esto va dirigido a ti, y a mí me basta y me sobra el hecho de que te llegue, que este en tus manos, y la leas y la pienses y mires fijo el Ávila y comience a sonar como llamado de musas I've Got You Under My Skin.

Que se materialice Sinatra en tu cuarto y cante sin parar mientras estás humildes líneas se disparan directo a tus pupilas.

Ive got you deep in the heart of me. Me veo sentado junto a ti diciéndote al oído que tus pupilas se dilatan y no queda mucho que decir, porque somos presa de la expresión corporal y sabihondos de nuestras moléculas, átomos y protones que rigen nuestros cuerpos. So deep in my heart, that youre really a part of me. Así en ese momento me puedo sentir menos frustrado por mis palabras, porque nos quedan imágenes. Ive got you under my skin. Perfectas amalgamas de nuestras miradas. Ive tried so not to give in. Porque nuestros ojos han visto algo distinto a lo que el otro pudo haber visto –ya me puedo sentir un poco mejor -. Ive said to myself this affair never will go so well. Disculpa entonces si me apresuré a juzgar sin haber pensado, pero ya te lo he dicho, pensar es cosa de sabios, de aquellos que convierten los números en aciertos o aquellos que hacen de las palabras la más sutil canción. But why should I try to resist, when baby will I know than well. Me basta sólo con pensar en ti, que es el descaro más propio de la matemática directa y precisa o del envolvimiento del verso más elevado e intenso. That Ive got you under my skin (…) Tú eres mis números y mis palabras y con eso resuelvo como un flojo automatizado mi silencio. Y en esa ilusión, mientras rellenamos la luna, no queda tiempo para un pensamiento, por lo menos en mí.

Como quisiera que Sinatra nos viera y Mary Poppins abriera su paraguas.

Después vino la lluvia. París, Altamira, el Ávila, el Obelisco con su punta de lanza hiriendo de vida la panza del cerro, y mientras: el resguardo de un paraguas viejo con olor a lluvia antigua y nosotros dos debajo, empapados tomándonos de la mano, como si de ello dependiera nuestra salvación, como si el calor de los besos te protegiera a ti del frío en los pies, y a mi de la inestabilidad corporal en la que me encontraba pensado que la brisa que acompañaba a las gotas iban a terminar por llevarme con ellas hasta algún paraíso extra-terrenal.

Llovía torrencialmente sobre nosotros, sobre la ciudad, pero me bastaba estar enrollado en tu cuerpo, pensando que éramos los únicos que recibíamos el tic-tac de las gotas de lluvia que se filtraban por el paraguas que teníamos entre manos, pero ya sabes lo que pienso estando a tú lado, con un torrencial sobre nuestras frentes, cualquier calle bajo el fulgor de la lluvia se hace mágica, sólo si te tengo a mi lado.

-Que maravilla tener a alguien como usted a mi lado, mi querida señora...

-¡Qué curioso! ¡Qué extraño! ¡Y qué coincidencia!



II

And repeats, repeats in my ear

Es decir, cuando uno ama está bloqueado, no piensa, se actúa por instinto, claro que el instinto viene llevado por la libido, una especie de lascivia andante que permite (o que nos permite) detener el tiempo, creemos que podemos detener el tiempo y desarrollar habilidades tan infrahumanas en las que podemos contra todo o contra todos, es una psicosis. Si nos enamoramos, no pensemos en amar, pensemos que somos psicóticos, superfragilisticos y espialidosos.

Conversación de Café #1. Ella. La amiga.

-Además, lo más parecido al amor es la neurosis obsesiva.

-¿Ah si? ¿Y qué demonios es eso?

-La verdad no sabría decírtelo, se lo escuche decir a un profesor de psicología en la universidad y aún me falta por investigar bien.

-Gracias “Claridad” fue un placer hablar contigo.

Fin.

Aunque se que mi enamoramiento no se acerca ni en los más mínimo al amor, aunque se que ésta historia empezó por impulso, miradas y estrategias, me gusta decirte amante, porque te quiero, porque me gusta estar a tu lado, porque a pesar de sentirte cerca no te tengo y eso es lo que enriquece. Amar es tomar propiedad, es ir con documentos en manos y poca razón, pedir que sellen, certifiquen y confirmen, es tener acta y prueba del sentimiento y luego cuando todo acabe presa de la costumbre y el aburrimiento ir con papel en mano y reclamar el derecho a la emoción.

Da miedo pensar que ese papel que tanto costó encontrar se tenga que romper por avatares del destino. Para mi amar implica demasiado ajetreo. Prefiero quedarme siempre enamorado del impulso, de las variables que no nos permiten caer en la cotidianidad, así sabré que no te odiare en un futuro y ya el tiempo dirá si nos da el papel sin nosotros haberlo buscado.

Conversación de Café #2. Ella. La amiga.

-Tienes miedo, tienes que dejarte llevar en algún momento.

-Dejarlo fluir.

-No te rías, es verdad, estas cagado porque sabes que si tú etapa, ¿cómo la llamas? de “enamoramiento” pasa a ser una etapa de amor, ¡oh amor! te vas a joder… y entonces eso que siempre creíste haber escuchado de las mujeres en el cuarto rompiendo cartas, deprimidas, glotonas, te va a pasar a ti cuando te dejen.

-No es eso.

-¿Ah no y qué es?

-Fíjate en el vino ¿alguna vez haz catado vino?

-Yo lo pruebo.

-Es casi lo mismo, primero te sirven el vino en una copa que estaba vacía.

-Lógico

-Lógicamente esa copa vacía es alguien, eres tú, soy yo, aquel tipo de la esquina que ya tiene hora y media viéndote de reojo, en fin, cualquiera. Luego entra el vino: llega alguien a tu vida. ¿Qué es lo primero que debes hacer?

-Beberlo y pedir otra copa.

-Por eso es que estás sola, y te deprimes y te encierras en el cuarto a llorar y a comer chocolate.

-No digas eso.

-Olfateas el vino, sientes la fruta, presientes que es, lo que vas a tomar.

-¿Y qué tiene que ver eso con el amor?

- ¿Me dejas terminar?

-Continúe Sr. Catador.

- Luego divisas al trasluz la textura del vino, estoy hablando del tinto.

-Tinto o blanco a mí me saben igual.

-Inmediatamente meneas la copa con la suavidad precisa, para que el vino se llene de aire y los sabores se expandan y luego exploten en el paladar.

-Eso no lo sabía

-Luego de hacer eso, te acercas la copa a los labios y los mojas delicadamente con el líquido, sientes el primer contacto. Tomas un sorbo y lo mantienes en la boca sintiendo cada uno de los años que ese vino estuvo fermentádose… y como si fuese el último trago que vas a dar en tu vida, lo dejas caer por la garganta, seco, dulce, amargo… y después tú cuerpo reacciona y sientes como te va calentado, primero la cabeza, luego las manos y la frente comienzan a sudar… si el vino se acaba, la otra botella que abras no va a saber igual… Por eso, si el enamoramiento no se toma con calma inmediatamente viene el amor en su mayor precisión y eso ya es haber tragado por completo el sorbo de vino, y no tardará mucho en que tengas que abrir otra botella… cada vez que se abra una nueva botella, el paladar va cambiando y nos vamos desinteresando. El enamoramiento es tratar de dejar la primera botella llena todo el tiempo posible que se pueda. Y disfrutar de la primera copa, del primer sorbo, del primer impulso de la mano que lleva el filo de la copa a los labios.

-Estoy deprimida.

Fin.


Y el tiempo, las noches, las mañana, las horas, tu. Mi tiempo. Y nuevamente la lluvia. Casi como un presagio de enamoramiento, llueve para que dancemos bajo ella, lluvia con cielo estrellado, lluvia con nubes grises, lluvia con sol y vestigio de arco iris, lluvia y mar, la dicha de ésta lluvia nos empalmaba cada vez mas, que nos era casi imposible concebirnos bajo un sol encantador que nos abrigara del frío. Pero era mejor imaginar los días lluviosos que aguantar los días soleados, el calor del sol no nos servia de nada, preferible cobijarnos entre nosotros a que otro nos cobije.

-¿Cómo estuvo tu día?

-Mi día empezó ayer a la media noche cuando por culpa de algo que comí vomite hasta el alma...(en ese momento no pensé en ti) dormí muy mal (pero trate de pensarte) y bueno tuve que hacer algunas cosas en la mañana (y eso me dio la oportunidad de pensarte sin problemas), fui al odontólogo y perdí mi día porque no me pudo atender (deje de pensarte para mandar al odontólogo al demonio) vague por el mundo un rato (y seguidamente te pensé) me fui directo al trabajo (y pensé mas que nunca en ti) luego ensaye (y no pensaba en nada) salí de ensayar (¡y mira! volví a pensarte) me tome un café (y no te pensé, te hable con alguien más) me vine hacia acá (aun pensándote) y bueno ya no te pienso o hago el intento de no hacerlo porque ya te tengo a mi lado.

-¡Qué curioso! ¡Qué extraño! ¡Y qué coincidencia!...Yo también te pensé todo el día... ¿Eso es normal?...me siento toda una psicópata... (Te quiero psicopaticamente)…y luego empezó a llover, recordé los días lluviosos anteriores, aun estoy impregnada de esa lluvia, seguí caminando como sin nada estuviese pasando y nunca apresure el paso, camine y me sentía una gota más… ¿Sabes? ¡¡¡Quede empapada!!! Pero feliz, lo único que me molesta es cuando las medias se mojan. Hasta ahora no he encontrado la manera de evitarlo. Dicen que el frío en los pies cambia los sueños

Lo extraño es que siempre tuviste frío en los pies, así estuvieses pisando carbón prendido tus pies estaban fríos, y yo pensando en como calentarlos para que no se te cambiara la idea de dejarme por otro sueño. Simple miedo.

-Yo sólo vi las secuelas de la lluvia, nunca vi llover.

-El panorama de la lluvia cayendo y rebotando en el concreto, las calles solas o pobladas momentáneamente por las personas que corren (dicen que si corres te mojas mas...) y estar inmersa en ese momento oliendo la lluvia y que caiga en la cara, en los parpados. Tal vez exagero, pero para mi es maravilloso.

-Que bueno que la lluvia provoque todo eso en ti y bueno no exageras es un placer que no todos, solamente tu, puedes entender y es exquisito que sea así. Un momento que sólo sea de tu disfrute y no le pertenezca a mas nadie, una lluvia que es tuya sólo por ese instante.

-Si, no lo había visto de ese modo. Ahora que lo dices tengo un fetiche con la lluvia y suena aún mejor de lo que se siente. ¿Ya te lo he dicho?, no se, me encanta como le das la vuelta a las cosas, las sacas de ese primer plano en que se encuentran.

-Si. Pero hagamos que es la primera vez que me lo dices...

Reíste como si aquello hubiese sido la mejor cosa que habías escuchado en el día, un comentario que llamaba a no enaltecer el ego, te dejó sembrada una sonrisa en los labios que aún recuerdo, y yo me empequeñecía porque la silueta de tus labios desdoblados hacían que muriera un poco más por ti. Que muriera por momentos simples, simples como esta historia.

-Ok.: Me encanta como le das la vuelta a las cosas, las sacas de ese primer plano en que se encuentran. En el que todos las vemos.

-¿En serio? no lo había pensado jamás y la verdad no lo había pensado jamás. Me da hasta pena que me lo digas, no se que responder, es mas no voy a responder a eso ¿no es preferible besarte? y bueno mejor así y salimos de este enredo.

- Que bueno que no respondes nada porque seguramente yo no sabría que responder a eso que tu no sabias si responder y respondiste. Si, el beso es la mejor solución. Y todos felices.

El silencio de nuestro primer beso (aunque no lo fuese) marcaba esa distancia entre la pasión y la razón. Nada estorbaba. Y te apretaba entre mis labios con la misma timidez con la que impulsé nuestro primer beso para que nunca se apagara ese recuerdo. Y aunque después de besarnos yo seguí hablando, tú que siempre hablabas de más, estabas ahí callada, y me veías con una intensidad que no puedo descifrar y hoy mantengo esa mirada para que no se me pierda.

-Hay algo que no te he dicho y es que quisiera que no me gustaras tanto. Para poder ser más elocuente.

Los días de escuela los recuerdo tanto, y no se por qué, siempre fui mal estudiante, siempre me copie, siempre me robaban la comida y siempre me tildaron de aburrido y nerd, era gordo, chiquito y exageradamente blanco, siempre me apodaron, siempre me cambiaban el país de nacimiento, y yo tengo tanta liga en la sangre que no soy de ninguna parte, pero qué se le hace, si hablaba iba a ser peor.

Los días de escuelas me recuerdan a ti, a esa persona que siempre quise tener y nunca tuve, y no hay peor nostalgia que la que jamás ha existido, pero ahora tengo con que, y refuerzo mis nostalgias contigo, y mis días de escuela se vuelven mas movidos y alegres que antes, ahora tengo el pasado en el presente y pronto al futuro y no vivo del pasado para reconstruir el presente y tener un futuro. Que vueltas da la vida. Ahora escucho con fervor School Days. Y la voy cantando por donde camino.

-(…)With the one you love youre makin romance – tun tun tun run-, All day long you been wantin to dance –tu ru ru ru ru ru- (…)

-¡HIPPIE!...ya los 60 acabaron

-¡DESGRACIADO! Dejame vivir.

Me voy degradando en el tiempo. Igual Chuck Berry, como a tí Maria, los llevo siempre en el corazón.

III

Lo que otros ya contaron

Quisiera escribir ésta historia, que ya fue escrita por otros, a pesar de ser mía, y otro ya la haya vivido, como un intelectual. Y buscar en las palabras las respuestas a la realidad y no a la ficción. Yo veo el árbol verde María, pero no veo, ni me quedo absorto detallando abstractamente la hoja que se va plegando delicadamente y con deliquio sobre otras hojas muertas en el césped. La realidad María no se llena de palabras y ni de intelecto, aunque carguemos debajo del brazo a Borges y lo leamos con fervor, aunque lo odie por ser tan argentino.

La realidad se llena de imagen, y a veces es tan difícil llenar esas imágenes con palabras que como maldigo el día en que pegue esa chuleta de Páez en el zapato en vez de estudiármelo con ahínco.

-Como te odio Páez… ¿Qué demonios es la “Cosiata”? ¿Y que carajo importaba la gran Colombia? Bien merecido se lo tenia Bolívar ¿de qué fecha a qué fecha era?...que porquería de examen… ¡mamá! voy un rato a jugar con Luis.

Siento que ahora todo sería más fácil. Igual nos queda la poesía o me queda a mí, a veces son historias, imágenes cargadas de palabras, que por momentos son indescifrables. Que mala suerte que nunca me gustaron los números, y terminé con ésta sensibilidad tan cursi, que a veces me da la dicha de lograr entender por razones que aun desconozco; y digamos que por pura universalidad e inconciente colectivo, aquel pasaje de Shakespeare: “Si con mi mano profano este santo relicario he aquí la gentil expiación (…)” ¿Tú me puedes decir cómo se profana un relicario? Doy gracias al señor por ser agnóstico. Y luego pienso y me digo que quisiera profanar con delirio tú relicario y llenarme nuevamente de ti.

Siento que soy tan animal como pensante y de igual manera ya estoy harto de escribir las cosas que ya están escritas. Para mi sería perfecto ir, frenar al mundo y decir:

-¡Ya! Dejen de vivir, que lo quiero todo para mí.

Pero sería muy egoísta de mi parte, ¿y cómo hago para eliminar los clásicos universales o en todo caso, cómo hago para tenerte sólo a ti entre ellos? Es una utopía, un sueño mal logrado, a veces una fantasía de adolescente. Pero es agradable pensar que aunque otro ya lo pensó, ese pensamiento es el primero en uno, y totalmente distinto al del otro. Todos somos primerizos en algún momento.

Probabilidad. Eso nos pone en el mundo. Relatividad de estar, de ser, de movernos. Probabilidad de dar un paso, o dar otro, probabilidad que caigan dos monedas con el mismo lado de la cara A hacia el cielo. ¿Qué probabilidades teníamos nosotros de estar en una plaza a media noche en medio de tanta relatividad? Todo es relativo, menos las matematicas que son exactas, los números son exactos. Tú no eres un número y eres relativa. Eres improbable. Poco concisa. Inconstante. Indescifrable y descifrable. Moldeable e inmoldeable. ¿Así es el amor? Nos enamoramos por pura relatividad de creer que algo es bueno, pero la probabilidad de que todo salga mal siempre esta ahí. Ya otro escribió esto y es probable que haya sido olvidado en alguna esquina de una biblioteca vieja. ¿Cuáles son las probabilidades que alguien camino a buscar El perfume, se encuentre con una historia de amor? ¿Qué relatividad existe en eso? ¿Yo puedo estar aquí y en segundos estar a tu lado viéndote dormir? ¿Yo puedo leer tus pensamientos y tu leer los míos? ¿Cuál es la probabilidad que me dejes saber qué es lo que piensas? ¿Cuántas veces tengo que lanzar una moneda al aire para descifrarte?

Probabilidad es la que tiene un jugador ante el azar. Probabilidad la que se da con una gota que sale y sale de un grifo fracturado. Probabilidad la de las palomas picoteando pan viejo. Probabilidad de darte un beso y salgas corriendo. ¿Salgas corriendo?. Porqué no pensé en esa posibilidad, aun después que me advertiste.

–Yo tiendo a salir corriendo-. Me dijiste.

Y yo pensando en mí. Pensando en que yo salgo corriendo. La maratonista eras tu. ¿Cuántas yardas llevas acumuladas? No existía probabilidad ante eso y si existían las pasé por alto, y un piano desafinado cayó sobre mi cabeza, y calló mí notas, notas de amargura y tristeza. Mentira no las calló, las reforzó y sonaron con tal fuerza que sigo sordo, pero escucho dentro de mi a Armstrong, a Berry, a Richard, a Sinatra, a Parker, a Neruda con su desdichado “me gusta cuando callas por que estas como ausente”…maldita sea la ausencia de ti, y no me gusta, la odio, ya no hay cíclopes y la lluvia, la lluvia cesó, y hace un sol radiante. Y la plaza a la media noche ya no se alumbra como antes. ¿Qué probabilidad hay en eso?

Bien sabrás, y sabré, y todos sabrán que hay cosas que se hacen de dos o a dos. Uno mas uno es la suma perfecta del amor. Un uno sin otro no hace nada. Se queda parado ante la vida esperando respuestas milagrosas, concesiones estupendas, brindadas en la copa mas amarga del vino. Nos enamoramos y así como nació el enamoramiento, fue temprana la desdicha del desenamoramiento.

1 y 1 calzan perfectamente, emocional, matemática y vivencial. El amor se hace con dos, y recorrer el mundo después de haber enamorado a expensas de la soledad no es más que dejar el tablero del rompecabezas sin una pieza. Que linda se vería la estatua de la libertad sin su antorcha, o La Torre Eiffel sin el último piso, o tratar de desdoblar a Pisa sin una base consistente. Ahora soy el enamorado desenamorado. Y me preguntan por qué ando mal. Es de risa pensar que el otro no piense lo que uno siente. Creo que le he ganado la partida al escritor universal.

Dime desgraciado literato intenso poeta novelista dramaturgo novelero ambicioso vanidoso pecador Yonqui ¿eres tu capaz de escribir mi historia sin saber lo que siento? Dame una respuesta afirmativa por favor y esta línea será la última línea de mi cuento.

Y dicen que existo por ser libre. Por llevarme al mundo por el medio. Por caminar con la frente en alto. Por mirar a los ojos cuando hablo. No entiendo la libertad. Creo que Paez tampoco. Ni Bolívar, ni Miranda…ninguno de esos héroes de títulos escolares. Su libertad era llevar a cuestas la patria para la vanagloria propia. Mi libertad María, no existe sin ti.

Hay historias que se repiten. Las historias de amor son las más repetitivas.

Conversación de Café #3. Ella. La amiga.

-¿Dame una razón para no darte una cachetada?

-Se me acabo la botella y ni siquiera la pude guardar de recuerdo.

-No eres el único. A todos les pasa. Esa vaina del corazón partido es pura mentira, es estribillo de canción romántica. Hay miles de mujeres esperando por alguien que las quiera.

-Me rehúso a volver a sentirme como me siento. Me he bloqueado, te lo juro que me pasa otra vaina como esta y no soy capaz de aguantar.

-Pero por Díos… enamorarse es una de las cosas que mas rápido se cumple… el problema está en pasar el desamor, por eso te digo, échate un buche de ron y ahoga las penas en el alcohol… y fíjate, muchos quisieran tener un confidente como yo, hay peleles por la vida que se resignan en aquella canción ¿Cómo se llama?

-¿Tendrás chocolate?

Fin.

Las cosas pasan por algo, eso suelen decir. Yo aún no lo creo. Hay cosas que pasan porque uno quiere que pasen. En cambio hay cosas que pasan porque la vida es una desgraciada ociosa que no hace sino jugar con uno.

Mi idea cuando empecé a escribir ésta historia no era encontrarme con la realidad, no era pensar que alguno la iba a leer y me iba a decir: ¡De profundis!... muy De profundis. Y ahora veo a Sinatra cantando Use your mentality, wake up to reality. No se me ha acabado la canción María. Sigo y sigo Ring Ring song to bell, por alguna ruta que no es la 66.

La plaza, recuerda la plaza y el impulso, no las carreras ni la lentitud de los elefantes para lograr compañía en la vida, hay cosas que contar, muchas cosas que contar…sigamos el Rock and Roll.

¿Elvis dónde estás?

IV

Banana Boat

Nadie piensa que cuando uno echa un cuento, una historia, o escribe una novela, un poema, un Short Story, va a terminar por contar el final a un cuarto de haber empezado con la narración. Siempre hay reglas que seguir o empiezas por el final y terminas por el principio, o empiezas por el principio y terminas por el final, jamás empezamos por el principio le damos medio al final y terminamos con quién sabe qué cosa. ¿Será qué esto no ha acabado? ¿Será qué escribo pensando que todo va a cambiar? ¿Qué ningún ciclo se ha cerrado?, ¿Qué ahora mas que nunca en el llanto del desamor hay puntos y más puntos que me den líneas para un final? ¿Será que puedo tener un Aleph propio que me lo diga todo, qué me muestre de qué esta hecho el universo, mi propio universo? Ahí esta la sin razón de mi historia y consigo inventar un Trepton para culminarla.

Siempre escuche con asiduo a los grandes hablar.

Primera Clase de Creación literaria.

–Un buen escritor –me dicen- es aquel que sabe robar algo, digamos en palabras mas bonitas “tomar prestado” de otro escritor, una forma narrativa, una metáfora infructuosa, un ademán de categoría y elegancia poética, y hacerlo propio, un buen escritor no inventa algo porque ya todo esta inventado, un buen escritor renueva ideas ya dichas. Y recuerda mis palabras que aunque no son mías, ahora las hago propias “solo la antropofagia nos une…”. No necesitas saber echar una historia necesitas un por qué, y un “tomar prestado” para echarla.

-Ehhhh ah ver… pero yo no soy escritor, yo soy yo. Mucho gusto, con un beso comenzó mi historia.

-¿Y qué tal el beso?

-Mágico.

-¿Pero eso quiere decir que fue un buen beso?

-Bueno los besos siempre son buenos.

-¿No hay malos besos?

- Seguramente, pero mí “beso”, fue un beso de luna

-¿Un beso de luna? Eres simpático. Pero no tienes madera de escritor

-¿No?

-Te falta malicia.

-Pero yo leí Mientras escribo de Stephen King. Y bueno aprendí algunas cosas.

-Nadie te va a enseñar a escribir, tienes que aprender por tu propia cuenta, tienes que indagar, imaginar, buscar en ti mismo la manera de hacer algo, de cambiar algo, conseguir la “inspiración”… y leer, leer, que entrañable es la inspiración ¿conoces a Mr. Barbecue-Smith?

-¿A quién, disculpe?

-Es un personaje… primero, si tú historia comienza con un beso, tienes que imaginar que no eres tu quién recibió un beso.

-Ah comprendo… debo nombrar

-Crear. Nombrar, es de científicos. ¿Quién dio el beso? ¿A qué supo ese beso? ¿Alguien vio ese momento? ¿O fue simplemente una fracción de segundos en el que la embriaguez los sumió por completo?

Fin de la Primera Clase de Creación Literaria.


Jamás me había sentido tan estúpido en la vida. Presentía que mis ganas de hacer algo se habían convertido en una pesadilla de la cual no podía salir, nadie me despertaba, y moría en mis sueños, moría en mi realidad inventada y volvía Sinatra a decirme al oído Use your mentality, wake up to reality. ¿Qué gano con echar un cuento que sólo va destinado a ti María?

Pienso que es la única manera de olvidarte por completo, de dejar esta parte de mi vida impresa en algún lado, de irme desmantelando en cada línea, en cada situación recreada en la ficción, de ir botando cada palabra con el pulso, con el impulso de la creación, entonces empiezo por cambiar finales, por omitir personajes, por ver que es lo relevante, por tratar de describir un espacio, un momento, un sentimiento. ¿Cómo acaba nuestra historia? Mi historia.

Me he convertido en un hacedor ficcionarío, un hombre me ha envenenado la mente con una técnica, me ha profesado una religión y me ha dicho.

Segunda Clase de Creación Literaria.

–Las palabras, tienes que cuidar las palabras y dotarlas de inspiración.

Fin de la Segunda Clase de Creación Literaria.

Y ahora mientras escribo mi historia “tomo prestado” técnicas para comprender si lo que escribo, puede servir de algo, y dejar un pedazo de mi carne, de mi alma, de mi espíritu, emoción y sentimiento en... En esto.

A continuación transcribo mi primer escrito bajo la técnica de “tomar prestado”. En busca de un estilo para la continuación de mi historia.

Caracas 12 de Octubre de 2006

Sin titulo: Posible nombre: Mi encuentro con el Aleph.

Incontrolablemente me encontré fraguando ante un inmenso mundo de oportunidades que me abrían a la idea de pensar lo inimaginable, de vivir lo imposible, de sentir lo increíble. Todo mi ser se abrió a la idea de encontrarse con una dimensión de pequeños objetos simples; yo estuve parado ante el increíble, sencillo y diminuto Aleph y lo que vi es lo que a continuación describo:

Vi como los ojos de ella fraguaban en una tonada de sentimientos increíbles; vi tu rostro y el mío y ante esta situación sentí miedo; vi el proceso de creación de la inspiración y, sin dudarlo dos veces, vi mi cerebro y sus ondas; vi la inconsistencia del universo y los hilos de donde pendemos; vi la soledad en su máxima expresión y la locura que de ella se desprende; vi el amor y sus mariposas; vi al corazón como un músculo conciente; vi la tristeza que inspira el árbol de enfrente y cómo una a una caían sus lagrimas verdes; vi a un niño jugando y luego lo vi, en el paso del tiempo, muriendo; me vi nuevamente y, no es fácil de explicar, pero no era yo en realidad.

Esto y el infinito pude ver absorto y no puedo negarlo. Pero, de manera increíble, siento que no vi nada; siento que no es sencillo verlo todo; siento que el ver depende de otro proceso, de un proceso invisible, impalpable, tal vez mucho más arrogante que yo, mucho más arrogante que mi vida.

Te vi María. Te vi en mi búsqueda por encontrar lo que no tengo: “inspiración”. Logre verte, y antes de rellenar la luna con vacíos, pensé en algo, pensé en que era posible imaginarte, que era posible guardar mis penas y plasmarlas en algo. Se que es posible y ahora mas que nunca pienso que mi historia de desamor se asemeja a la historia de vació existencial de Daneri. Personajes María ¿Puedes creerlo? Personajes es lo que me faltaban. Y los enumero, y les doy nombres, y situaciones. Ahora puedo ver que la plaza no estaba del todo oscura y que tú y yo la iluminamos con el impulso del beso, y ese sin sabor que quedó luego del primer contacto de tanta lengua y lengua y lengua era el presagio de tu huida, de que ibas a salir corriendo y yo lo esperaba, pero no me preparaste, y escribo y trato de escribir y de hacer el intento de pensar, de encontrar ese momento en mi memoria en que el Ávila nos guiñaba un ojo, y Sinatra nos tomaba de la mano mientras veíamos una luna medio llena. Carismáticamente entrañable.

Me di cuenta que no era cuestión de parar al mundo, ni de mandar a bajar a nadie de el, sino de que estuvieses presente en todo, ya no es tratar de desaparecer los clásicos universales, ni de quemar lo poemarios, los libros de cuentos, las novelas, los cancioneros, todo estaba en crear, todo residía en que para no olvidarte del todo; que para sacarte de mi y tenerte para cuando quisiere, se limitaba en tenerte, en agregarte a todos ellos, y para llevar a cabo tan delicada labor, tendría en mis manos la técnica del: “tomar prestado” y rehacer. Volver a escribir lo que ya estaba escrito, hacer de Homero A Mí. Y poder decir que vi tu rostro y el mío, y eso no me causo miedo, que simplemente ya no necesito del dedo pulgar en mi boca para besarte aunque no estés a mi lado. Y vuelven los cíclopes. Y con un dedo María, con un sólo dedo toco tu boca.

Tercera Clase de Creación Literaria.

-Interesante trabajo… Pero le falta algo.

-¿Qué podría ser eso maestro?

-Corazón y menos razón… le falta la sal, carece de necesidad cuántica.

-¿Y eso dónde se compra?

-Eso, es simple inspiración y valor. Coraje, tienes que desenvainar la espada y atacar de frente conviértete en el héroe imaginario.

Un momento ¿dijo héroe? Esto no me lo creo, yo igual que Bolívar prefiero escapar por un balcón de mi tamaño antes de desenvainar cualquier cosa –hablo metafóricamente claro- ¿Necesidad cuántica? Y qué pasa con sólo inspirarse, cerrar los ojos e imaginar el momento. ¿Qué demonios es la necesidad cuántica? ¿Para qué sirve eso? Yo recuerdo María que te bastaba con que estuviese a tu lado mientras te besaba el cuello. Sería eso entonces. Siento que cada vez comprendo menos. Que empiezo a saber que no se nada mientras más se. Necesidad cuántica un carajo.

-Necesitas algo menos frío pero igual de perfeccionista para rehacer… intenta con Poe.. El suspenso es lo mejor. Es la chispa de la vida. Nunca sabrás que te depara la vida, eso es una sorpresa que no sabrás, hasta que llegue el momento indicado. Es el The prestige de tu ultimo acto de magia, aprende a sorprender a tu lector. No le hagas la tarea fácil, y deja que ese lector sea menos hipócrita de lo que planteaba Baudelaire.

-¿Quién? ¿Por qué me sigue hablando de personajes?

Fin Tercera Clase de Creación Literaria.

Mientras más me emocionaba, me daba cuenta que no había nexos entre tu y yo. Que todo era una creación subconsciente de mí mismo, llámalo reflejo, como quieras. Si pudiera explicarlo sería mas fácil para mi, pero se me dificultad ¿Conoces los espejos?, claro que los conoces, tu eres mi yo reflejado en un espejo, ¿y qué nexo puede haber entre mi reflejo y yo? ¿Qué nexo puede haber entre tu y yo? ¡Necesidad cuántica María! ¿Será eso lo que nos une? ¿Bosones y Fermiones? ¿Energías cinéticas? ¿Múltiplos y enteros? Te quiero psicopaticamente, esa es la más clara afirmación que me has dado desde que nos conocimos, es como el New Age María, somos energía cinética cuantificada en tonadas sintetizadas, que a veces, solo pocas veces llegamos a se capaces de combinarlas en nuestro haber con los sonidos tradicionales de los instrumentos tangibles, y eso lo llamo: Reflejo. Porque nunca he pensando que soy el mismo al otro lado del espejo, y yo no soy Alicia para andar escudriñando dentro de mi hombría, penetrarme a mí mismo hasta que no quede nada de mi en el mundo real, como las espirales que ha simple vista pueden llegar a tener un principio y un final.

A continuación transcribo mi segundo escrito bajo la técnica de “tomar prestado”. En busca -ya no se si- de un estilo para la continuación de esta supuesta historia.

Caracas 20 de Octubre de 2006

Sin titulo:

Posible nombre: versión de un final para:

El Gato Negro de Edgar Allan Poe.

…Olvidando en mi rabia los pueriles temores, descargué un golpe que, de manera fulminante, desmembró la cabeza del animal de su fantástico pero a la vez grotesco cuerpo negro. La cabeza de la criatura rebotó unas dos veces sobre el polvoriento piso y una extraña fuerza de atracción la hizo rodar hasta el pie de la escalera. Mi mujer, aterrada, quedó estupefacta; al verle el rostro, noté que sus facciones simulaban las de un niño llorando.

Caminé con una lentitud agobiante hacia donde se encontraba postrada la cabeza del animal: notaba como su único ojo, brillante y aún dilatado le hacía cobrar vida inexplicablemente después de lo sucedido. El sollozo de mi mujer era desesperante; le grité pidiéndole que dejara aquel lugar; me irritaba de sobremanera su llanto y mi locura crecía aun más debido a una gota de sangre que caía sobre el párpado de mi ojo izquierdo.

Coloqué la cabeza y el cuerpo del animal en una pequeña chimenea que se encontraba al fondo de aquel cuarto, con la intención de calcinar los dos pedazos de carne. Hecho esto, sentí que algo trataba de meterse por una pequeña ventanilla que se encontraba en una de las paredes del sótano. Mi asombro fue absoluto cuando descubrí la presencia de otro gato negro que trataba de invadir mi privacidad. Aquel animal se contorsionaba por la pequeña abertura y me miraba como reclamando una propiedad.

El gato entró por completo, se abalanzó sobre mí, y una de sus garras rozó mi ojo izquierdo, dejándolo en una temible oscuridad.

¿Esto se fue hacía otro lado? Presiento que ha sido así, corriste y eso para mi fue lo importante, fue el trasfondo de mi enamoramiento en caída vertical hacia un abismo sin final, y no es cuestión de fantasía. Mi madre nunca me enseño a enfrentar las relaciones humanas, jamás me dijo:

-Sal a la calle y enfréntate humanamente

Y aquí me ven, clavándome de cabeza directo a las habladurías de un escritor frustrado que no hace sino hablar de personajes, y reescribiendo historias para que me prestes un poco más de atención, ya leí a Crome y lo menos que quisiera en la vida es convertirme en ese escritor que escribe sobre los pesares de la escritura y la búsqueda de “inspiración”. Cliché mil veces cliché. La intención María, consiste en dejar llevar lo que siento a la palabra, sin técnica, sin envenenamiento teórico, la intención es llevar el impulso del momento e identificarnos con él. ¿Qué importan los paradigmas de la lingüística?. Por eso seguiré escribiendo esto, y todo lo demás lo tacho porque me he perdido a mi mismo en mi relato.

A continuación transcribo mi primer escrito bajo la técnica de “Hago lo que me da la gana”. En busca de la paz interna.

Caracas, Octubre 2006.

El Trepton

Adoro la sensación de tranquilidad que queda en mí cada vez que lo veo: su color verde manzana, su línea anaranjada que pasa por el medio de su figura abstracta, la oblicuidad que brota como un tumor en uno de sus rincones más altos… es, en sí, mi objeto, la reliquia más preciada que tengo, aparte del cenicero. Con él, mi mente se despliega en planos súper espaciales; es una droga para mi vista; es casi la transpiración de mi inspiración; es mi propio Aleph.

Es mi trepton el único en su especie. Aunque sólo sea un objeto de aluminio, aunque sólo yo conozca su única función, su cualidad de simple elemento ornamental, da a mis pensamientos las ideas más surrealistas de mi imaginación. Él esta allí, como inerte, empinado sobre su superficie de madera tornasolada. Sólo yo sé que en las noches brilla y su luz opaca los reflejos de la luna, que será inútil, que perderá incontrolablemente sus colores, que podría desgastarse, como en algún momento ocurrirá con el universo.

¿Será qué invocábamos la lluvia María?, en nuestros encuentros de Altamira siempre llovía al compás de un beso. Ahora ya no llueve, quizás porque ya no estás. Pero ahora me importa poco, saliste corriendo, sí, eso es probable dentro de cualquier probabilidad, quiero imaginar que corriste, y corriste hasta encontrarte de frente con un arco iris, y subiste por ahí, y te perdiste, y ahora eres una franja de color.

Seguiré escribiendo, porque es la única manera de que te vuelvas a materializar, en las palabras, ahora eres palabras y eso no me disgusta, te quiero, me encanta tú perfume, tus palabras y tus silencios.

Me hace bien tu compañía.

Porque ahora suenas en Holiday, y cierro los ojos, y estás ahí susurrando, mirándome, cantando:

you saw me standing alone

without a dream in my heart

without a love on my own.

Daniel Dannery

28/12/2006

6 comentarios:

  1. Escribí en Twitter las frases que más me han gustado de toda esta entrada.

    Yo siempre he pensado que escribir no es cosa de ir a clases, sino de sentirlo y contarlo así, como viene.

    Me quedé sin ojos, pero satisfecha con lo que leí.
    P.D: Dame el mail de María :)

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  2. ¡Pero qué buena historia real condimentada de ficción o viceversa! Me encantó la analogía del vino, describió de una manera tan gustativa mi propio miedo al amor.
    Me identifiqué al exceso con María y su huída pues yo también he querido huir pero vi cómo podría sentir el otro ante un escape (que no es más que otro "impulso" -digamos que tu historia comienza y termina por un impulso quizás probable-)
    Pues bien, qué buena historia y cerrar con la canción fue excelente.

    Sin duda ha sido uno de tus escritos que más me ha gustado -y créeme que esa explicación del vino-amor, me marcó quizás de por vida-
    Chapéau Daniel!

    Pd. Yo, también pienso igual que Andrea sobre escribir.

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  3. El impulso sin duda ha sido un gran protagonista en esta y en muchas vidas, dejando como siempre la secuela de un “What if?” y adornándolo con el nombre de “duda”.

    De las cosas que vienen con la magia ya has hablado -miedo-. Quizás deberíamos pedir un shot de Freedom para ir cogiendo vuelo. A veces es hasta mejor estar entonado ó simular cual libertador cansado para dejar de pensar en las consecuencias.

    A fin de cuentas el genio de esta pieza terminó d escribir su historia, la que por tener metidos los zapatos en papel y tratando de saber qué carajo era la cosiata nunca le vio forma. Enhorabuena!

    Elevados e intenso han de etiquetarse estos párrafos, la escena de la lluvia en esa geosfera tan colorida de parís, el ávila y bogotá llenó mis sentidos. Me gusta mucho!

    De La segunda conversación en el café me pregunto si quedará algún registro en el cerebro de aquella mujer. Si no la hay, en el de éste caballero acaba de quedarse. BRILLANTE!

    El buche de ron lo cambiamos por chocolates? Aún no sé, mala o buena idea?

    Tratemos de esbozar palabras que paren el mundo volverlas tangibles y hacerlas rebotar; al final agradecerle a la vida por ese impulso natural. “Los primeros pasos” plasmados en semejante entrada. EXCELENTE!

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  4. Andrea:

    Gracias. Ciertamente escribir es algo complicado, a mi frustra a veces escribir, me agota, tanto o más como ir a clases (jaja). A medida que vamos aprendiendo, se hace más difícil (sueno como el personaje de Creación Literaria)sobretodo, y hablo por mi, porque ya no es tan fácil sentirlo y contarlo.

    Espero tu vista se haya recuperado ;)

    PD: No te daré el mail de María, pero puedes comprar un libro del CELARG llamado VOCES NUEVAS: 2006-2007 Tomo I (el de Dramaturgia y poesía) En ese libro encontrarás varios poemas de varios muchachos muy buenos, y entre ellos hay unos de ella, que valen la pena leer.

    Elena:

    Todos siempre queremos huir, yo he huido, sólo que esta vez me lo hicieron a mi, jajaja. Ya me impresiona lo tanto que te gustó la analogía del vino y el amor, pero me resulta placentero que exista esa identificación. Me hiciste fruncir el ceño con esa palabra: Chapéau. Pensé que me insultabas en francés, porque era tan horrible que te costaba decirlo en español, pero ya he averiguado, y tiene algo que ver con un sombrero. Jajaja.

    ;)

    Carlos:

    Gracias por tus palabras, realmente exhaustivas.
    A mi me sigue gustando más el ron que el chocolate, jajaja.

    Al parecer la segunda conversación del café, es el punto climax de esta historia jajaja, por eso como dice el personaje "jamás empezamos por el principio le damos medio al final y terminamos con quién sabe qué cosa."

    Saludos.

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  5. Siempre he tenido el sueño de escribir una historia de amor... La tuya me ha motivado muchisimo!! Excelente historia! Me quedo con la parte de la relatividad... Nunca he sido bueno en las matemáticas! Saludos.

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  6. Saludos JA. Yo tampoco. Odio las matemáticas.

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