A la memoria de
Ricardo Rosario
LA ACCIÓN TRANSCURRE EN UNA HABITACIÓN DE HOSPITAL. HAY UNA CAMA DONDE YACE UN ENFERMO MORIBUNDO QUE SE QUEJA CONTINUAMENTE. LOS DOS HOMBRES HABLAN FRENTE A LA CAMA.
HOMBRE 1: 1001
HOMBRE 2: ¿1001?
HOMBRE 1: ¡1001!
HOMBRE 2: Que barbaridad
HOMBRE 1: Si, si ¿A quién se le ocurre?
HOMBRE 2: Pues yo tengo apenas unos 10, y sólo he leído 1.
HOMBRE 1: Y quién tiene tiempo en estos días para ponerse a leer
HOMBRE 2: ¿Pero estás seguro que eran 1001?
HOMBRE 1: Yo mismo los conté antes de venir
HOMBRE 2: Que excentricidad
HOMBRE 1: Lo mismo pensé yo. ¡Que excentricidad!
HOMBRE 2: Vaya que es una manera de hacer de tu casa una biblioteca.
HOMBRE 1: Así es.
HOMBRE 2: ¿Pero hoy en día quién va a una biblioteca?
HOMBRE 1: Acaso los estudiantes
HOMBRE 2: Es que nadie tiene tiempo de hacer nada, ni de vivir, y mira a este. (REFIRIÉNDOSE AL ENFERMO QUE HA ESTADO QUEJÁNDOSE TODO ESTE TIEMPO) en vez de aprovechar el poco plazo que le dan a uno de vida, se lanzó a leer. Seguro fue la lectura lo que lo mató.
HOMBRE 1: Pero todavía no está muerto
HOMBRE 2: Tiempo no es lo que le queda
HOMBRE 1: Ni ganas ¿verdad?
HOMBRE 2: Así es.
HOMBRE 1: ¿Y la familia?
HOMBRE 2: Tomando café
HOMBRE 1: ¿Y el doctor?
HOMBRE 2: Tomando café
HOMBRE 1: ¿Y la enfermera?
HOMBRE 2: Tomando Té
HOMBRE 1: ¿Té?
HOMBRE 2: Si, me comentó antes de irse a su casa a tomar el Té, que vivió en Inglaterra hace unos años, y pues le quedó la manía
HOMBRE 1: Claro, a mí me pasó lo mismo cuando estuve en Francia.
HOMBRE 2: ¿Tomabas mucho té?
HOMBRE 1: Pero una cosa descontrolada
HOMBRE 2: Claro. –PAUSA- Yo siempre tomo café
HOMBRE 1: Eso es porque no has viajado… tienes que recorrer mundo.
HOMBRE 2: ¿Pero con qué tiempo?
HOMBRE 1: Es verdad… ¿con qué tiempo?... pero me parece una falta de respeto… pobre hombre… míralo, famélico, desorientado, y se le nota en la cara las ganas terribles que tiene de tomarse un café.
HOMBRE 2: No, dijo que no.
HOMBRE 1: ¿En serio?
HOMBRE 2: Balbuceaba descontroladamente cuando le preguntaban ¿ Quieres café? Y él: ayyyy ayyyy… ¿Un poco de Té? Y él: ayyyy ayyyy…
HOMBRE 1: Que difícil, seguro que si le das un libro no lo piensa dos veces
HOMBRE 2: ¿Para comérselo?
HOMBRE 1: Después de echarle una lectura rápida.
HOMBRE 2: Las cosas que tiene que vivir uno. No nos enseñan realmente. Llevar una vida tan miserable para acabar muriendo desgraciadamente.
HOMBRE 1: Aún no está muerto.
HOMBRE 2: Claro, claro… pero a éste no lo salva nadie. ¿Y para qué? Para dejar el dinero malgastado, en tazas de Té y 1001 libros.
HOMBRE 1: Yo creo que a el no le gustaba el Té
HOMBRE 2: Y por lo visto tampoco el café. -PAUSA-
HOMBRE 1: ¿Y su esposa?
HOMBRE 2: Llamó hace rato, estaba en camino.
HOMBRE 1: ¿Preocupada, no?
HOMBRE 2: Al parecer le dio un ataque depresivo cuando le avisaron.
HOMBRE 1: Pobre mujer… Tantos años de matrimonio deben pesar.
HOMBRE 2: Apenas 2… y estaban por divorciarse.
HOMBRE 1: Vaya… lamentable.
HOMBRE 2: Si, lamentable.
ENTRA UN HOMBRE VESTIDO DE MANDADERO, CON UN GRAN RAMO DE FLORES EN LA MANO. Y EN LA OTRA MANO ALGO DE COMIDA QUE COME INSACIABLEMENTE.
MANDADERO: Es aquí donde está el muerto.
HOMBRE 1 Y 2: ¡Aún no está muerto!
MANDADERO: Claro, pero es que a este no le queda mucho ¿no?
HOMBRE 1: ¡Flores! que bonito detalle
HOMBRE 2: Hermoso.
MANDADERO: Para nada.
HOMBRE 1: ¿Para nada?
MANDADERO: Para nada. Al menos si se le notara un poco mas conciente. Pero gastar en flores para alguien que no le queda mucho. Es como gastar dinero en nada.
HOMBRE 1: Que hombre tan poco sensible.
HOMBRE 2: Pero es verdad. A el ni le gustaban las flores.
HOMBRE 1: En serio. Y yo que le pensaba comprar algunas.
HOMBRE 2: ¿Y por qué no las compraste?
HOMBRE 1: ¿Con qué tiempo?
HOMBRE 2: Es verdad… ¿con qué tiempo? Y menos mal que tampoco las compraste. Dinero tirado a la basura.
MANDADERO: A la basura. (TIRA EL RAMO DE FLORES EN UNA PAPELETA)
HOMBRE 1: Pero hombre, cómo haces eso.
MANDADERO: Yo pensaba…
HOMBRE 2: Mejor ahorre neuronas.
HOMBRE 1: Y tiene una tarjetita.
HOMBRE 2: ¿Qué dirá?
HOMBRE 1: Sería una falta de respeto invadir la privacidad ajena.
HOMBRE 2: Es verdad. ¡Pobre hombre! (ACERCÁNDOSE AL MORIBUNDO) gastar dinero en nada.
MANDADERO: (LEE) “Para que tu camino no sea oscuro, aquí hay flores que alumbrarán tu rumbo”
HOMBRE 1: ¿Y quién las manda?
MANDADERO: No dice.
HOMBRE 1: Ah, entiendo. A nadie le gusta que le identifiquen con un muerto.
MANDADERO Y HOMBRE 2: ¡Que no está muerto!
HOMBRE 1: Claro pero a este…
HOMBRE 2: shhh.
ENTRA EL MEDICO CON UN REMOVEDOR EN LA BOCA.
MEDICO: ¿Entonces? Ya se murió.
HOMBRE 2: ¡sufre!
MEDICO: Ya veo… ¿y la enfermera?
HOMBRE 2: Tomando Té.
MEDICO: Bueno… cualquier cosa me avisan. Voy a bajar a comprar café.
MANDADERO: ¿Y a mí quién me paga esto?
MEDICO: ¿Y este quién es?
MANDADERO: Mucho gusto. Yo soy el que trae las flores.
MEDICO: ¡Que bonito detalle! Pero traerle flores a un muerto… (SALE)
HOMBRE 2: Tome, aquí tiene. Y lo que sobra se lo gasta en lo que quiera. Sea bueno y cierre la puerta al salir.
MANDADERO: Pero aquí falta.
HOMBRE 2: ¿Cómo que falta?
MANDADERO: ¿Y el transporte quién me lo paga a mí?
HOMBRE 1: Hay que ver como está la situación hoy en día.
HOMBRE 2: ¿Pero usted no trabaja para una empresa?
MANDADERO: No, a mi me pago un señor ahí abajo para que subiera éstas flores.
HOMBRE 1: ¡Será posible!
HOMBRE 2: ¿¡Que le pagó!?
MANDADERO: Pero una miseria… ni para un tinto. Más gastó en el ramo.
HOMBRE 2: No sea tan descarado y váyase de aquí.
MANDADERO: Mis más sentido pésame ¿eh? (SALE)
HOMBRE 2: ¿Has visto?
HOMBRE 1: Increíble… que la persona no haya subido a entregar las flores en persona, es una descortesía total. Como si este (EL MORIBUNDO) no pudiese reconocernos.
HOMBRE 2: Oye ¿será qué si nos reconoce?
HOMBRE 1: Claro… Ni que estuviese muerto.
HOMBRE 2: Es verdad.
HOMBRE 1: Y que raro que no llega la esposa.
HOMBRE 2: Es que entre el divorcio y éste muriéndose, a quién no le van a quedar ganas de morirse, lo poco que le podía quedar de la repartición de bienes, lo va a gastar en el funeral.
HOMBRE 1: ¡Que cosa con el dinero!... siempre tan así, con tan eso, que tiene el dinero.
HOMBRE 2: Pero por lo visto, aquí como que le dan mucha importancia… porque hay que ver que este hueco es de lo más barato que se pudieron haber conseguido.
HOMBRE 1: Sea donde sea hay que chequearse, sino dejas pasar el tiempo y terminas como este.
HOMBRE 2: Claro, ¿pero con qué tiempo?
HOMBRE 1: Oye…dejó de quejarse.
HOMBRE 2: ¿Se habrá muerto?
HOMBRE 1: ¿Tú dices? A mí con el pavor que me dan los muertos.
HOMBRE 2: Ufff y a mi.
ENTRA LA ENFERMERA. CON UN VESTIDO BLANCO ESCOTADO, TACONES DE PUNTA, CABELLO ARREGLADO. PARECE CUALQUIER COSA MENOS UNA ENFERMERA.
ENFERMERA: ¿Se murió?
HOMBRE 1: ¿Y usted quien es?
HOMBRE 2: Ah llegó… Pues parece que éste está listo.
ENFERMERA: No puede ser… Pero si se le veía tan bien cuando me fui a tomar el Té.
HOMBRE 1: Ah, ya. La enfermera.
ENFERMERA: Era tan buen muchacho.
HOMBRE 1: ¿Lo conocía desde hace mucho?
ENFERMERA: Unas pocas horas… pero desde que llego aquí, tenía ese aspecto de chico bueno… Como los hay pocos.
HOMBRE 1: Si, si… de los mejores.
HOMBRE 2: Intachable.
HOMBRE 1: Bondadoso
HOMBRE 2: Esplendido.
HOMBRE 1: Muy buena persona eso si… claro tenía ese gustito por los libros que jamás entenderé… Pero muy buena persona.
ENFERMERA: Bueno llamare al doctor, para que haga el informe.
HOMBRE 1: Pero por qué no se queda un rato más… Íbamos a rezar por su alma.
ENFERMERA: Lo lamento…de verdad lo lamento… ¿Pero con qué tiempo? Ya es la hora del Té. (SALE)
HOMBRE 1: Claro, con qué tiempo.
HOMBRE 2: Además era agnóstico.
HOMBRE 1: Terrible enfermedad. ¿De eso murió?
HOMBRE 2: Jamás lo sabremos.
LOS DOS SE ACERCAN A LA CAMA DEL MORIBUNDO. Y LO VEN EN SILENCIO. EL HOMBRE 1 COMIENZA A LLORAR INCONTROLADAMENTE. HASTA LLEGAR A UN PUNTO EN QUE EMPIEZA A DARLE MANOTAZOS EN EL PECHO AL MORIBUNDO. EL HOMBRE 2 SE MANTIENE ALEJADO DE TODO ESTO, PERO NO DEJA DE MIRAR AL MORIBUNDO.
HOMBRE 1: Jamás lo entenderé.
HOMBRE 2: ¿Qué cosa?
HOMBRE 1: ¿Quién en su sano juicio tiene 1001 libros en su casa?
HOMBRE 2: Nadie, por supuesto. Nadie.
LAS LUCES VAN BAJANDO. EL HOMBRE 1 ABRAZA AL HOMBRE 2, SE MANTIENEN ASÍ, POR UNOS SEGUNDOS. HASTA QUE UN QUEJIDO ESTRUENDOSO PRODUCIDO POR EL MORIBUNDO LOS SEPARA.
OSCURO.
Daniel Dannery
Diciembre 2008.