Fotografía: Edward Weston.
Vírgenes negras saludando al sol,
entre dioses, visitantes y la nada.
Tú,
el universo.
O quizás, apenas una parte de él.
Tú,
tan pura.
Néctar del algodón,
esperando la posesión de algún trueno,
entregándote sin más,
callada,
sonriente,
estática,
sin miedo.
Y en sus manos
(Como quisiera que fuesen las mías)
la fuerza de la Bernarda,
el temple.
Septiembre 2010.
Daniel Dannery.
Dedicado en silencio.
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