Parece una montaña pero es el mar
entre más
cerca está la corriente
más quema
la humareda,
son piezas,
escondrijos,
olas dulces
que provienen del horizonte,
es la noche
que se acerca.
Y entre
ella se asoman los recuerdos,
siempre han
estado ahí,
y aparecen
como fantasmas benevolentes,
incesantes como
la brisa que golpea con la piedra,
aquella que
ha visto recorrer el mundo
que conoce
los temores del mortal,
que viajó
continentes para quedar presa en el rostro.
Así se
aparece el pasado
como una
navaja en la carne
que no deja
cerrar la herida,
así se
aparecen estás montañas de mar.
Daniel Dannery.
Puerto la Cruz
17/03/2012
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