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domingo, 24 de octubre de 2010

Sainete de Cumpleaños.

Para escuchar mientras se lee:
Sainete de Cumpleaños.
Al Bicentenario,
que me acojona los Huevos.
¿Quién reinará ésta noche?
Seguramente la escoria de ésta ciudad. Entre los ojos danzantes apuñalando hipocresía, esa represión que se hace con el trago en la mano meneando la cadera en un compás de música clásica; que no acompaña al Beat.
Uno, dos, uno dos. Como un vals a la apariencia de dos primaveras verdes que te resguardan la cara. O fealdad dibujada de lujo, que quién sabe, debería quedarse amontonada entre el cementerio de pitillos, pajillas, mentiras que se acumulan entre la vida microoscopica de los rincones mas sórdidos de tus mejillas.
Un canto a Baco o más bien, una suplica para que, no de beber su vino a todos los niches de esta gran nube tóxica.
Porque ustedes reyes de las máscaras, son la lluvia ácida que corroen el pensamiento Apolinio desgarrando la vida de los otros. Succionadores de vidas. Malvivientes.
Veo el rencor de la gente verde, la de billetes, veo la lastima saliendo de mis uñas deseosas de arrancar cada acaro serpenteante de tu cuerpo.
He de preferirte de mal olor, con odio en los ojos, y un arma apuntando mi humanidad. He de creerte mejor a ti, gran Dios de la muerte, que tienes la potestad de decidir si es mi turno, te prefiero a ti, porque estas mas cerca del cielo y conversas a diario con los papalotes, con los ríos y el temor.
En cambio, tu, desdichada, infeliz, te jactas de profesar la individualidad, el libre comercio (de tu cuerpo) para atacar con saña de Lamia en los insólitos silencios de tus movimientos.
Si me has de descuartizar, por ideológico, pero no las de tonadas, hazlo de manera de que pueda ver en tus faros, una luz cercana al bombillo de mi habitación, para recordar que cada ensenada y gota de sudor gastada, tuvo una razón de ser, no así tu insignificante paso por este corredor.
El día que cumplas otros 200 años, te regalare un llavero, para que al menos te acuerdes de mi.
Daniel Dannery.
Oct-2010.

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