Todo el contenido de este Blog está protegido por la Constitución de Venezuela, la ley sobre el derecho de autor, el Código Penal, el Código Civil y las demás leyes locales. Está prohibida la utilización de los artículos para cualquier fin comercial o no, a menos que se solicite y se otorgue el correspondiente permiso por escrito.

martes, 27 de julio de 2010

EL POLLO SOBRE LA MESA. (Teatro)

El pollo sobre la mesa.
Daniel Dannery.

PERSONAJES.

MADRE
, 74 años, mujer fuerte, de voz carrasposa, viste de bata.
HIJO, 38 años, débil, socarrón, tímido.

La Madre sentada en la cabecera de la mesa, espera. Suena música de novela, algo muy efectista y fuera de tono. Entra el hijo. La música para. El hijo sigue camino. Antes de salir, la madre se para de la mesa.

MADRE: ¡Has llegado tarde!
HIJO: ¡He llegado!
MADRE: ¿Piensas comer?
HIJO: No.
MADRE: ¿Por qué?
HIJO: No tengo hambre.
MADRE: ¿Comiste en otro lado?
HIJO: Si.
MADRE: ¿En dónde?
HIJO: ¡He llegado!
MADRE: Soy tu madre.
HIJO: Yo tu hijo.
MADRE: Soy tu madre y tú mi hijo, has llegado tarde y has comido fuera de casa.
HIJO: Tu eres mi madre, yo tú hijo, he llegado tarde y he comido fuera de casa.
MADRE: ¿Dónde?
HIJO: He llegado tarde, no importa más.
MADRE: A mi me importa.
HIJO: No sé por qué.
MADRE: Soy tu madre, todo lo que hagas me importa.
HIJO: Y yo tu hijo, y no entiendo por qué debería de importarte.
MADRE: Las madres se preocupan por sus hijos.
HIJO: Tú te preocupas por tu hijo.
MADRE: Es razón para que me digas dónde has comido.
HIJO: No tiene importancia.
MADRE: Para mi la tiene. He preparado la cena pensando que llegarías temprano a comerla en casa, y mira, has llegado…, y ahora la comida esta fría.
HIJO: Guárdala.
MADRE: No sabrá igual.
HIJO: Para ti.
MADRE: Soy tu madre.
HIJO: Yo tu hijo.
MADRE: Deja que tu madre se preocupe por ti.
HIJO: Puedes preocuparte por otras cosas.
MADRE: No te entiendo. Te lo he dado todo. Mira como me tratas. No avisas que llegarás tarde, y me dejas con la comida fría en la mesa. ¿Qué te he hecho?
HIJO: Sólo he llegado tarde
MADRE: ¿Te parece poco? ¿Te parece poco? Desde la mañana pensé en la comida, pensé en que hoy comerías pollo, el pollo es sano, es carne blanca, más sano que la carne ¿Tú hoy has comido carne? No me digas seguro has comido carne, la carne hace daño, el pollo no tanto, tiene hormonas, pero no hace tanto daño como la carne. (SILENCIO) Desplumé el pollo, quite las vísceras, lo limpié, por ti, ¿Ves lo que hago por ti? Le saco las vísceras al pollo, para que puedas comerlo y te sepa bien, las vísceras tienen un sabor extraño, para mi no, pero para ti tienen un sabor extraño, ¿Ves como se de ti? Seguro que la carne que comiste fue empaquetada en algún súper, eso no te importa, yo me preocupo por ti. Corte las cebollas, los pimentones, el ajo. Prendí el horno, a 250 grados, es justo el calor ideal para cocinar el pollo en el horno, no muy horneado, luego se seca, y pierde el sabor. A ti no te importa el sabor.
HIJO: No sé nada sobre el sabor.
MADRE: No sabes nada, de nada. Eres un estúpido siempre los has sido, si tan solo hubiese tenido una niña, pero a ti que te importa lo que yo hubiese querido. Las niñas son más apegadas a las madres, seguro eso es otra cosa que no sabes. Las niñas no llegan tarde a casa.
HIJO: Quedan embarazadas.
MADRE: Con una mala educación. (SILENCIO) Con una buena educación mi hija no quedaría embarazada. ¿Qué sabes tú de embarazos?
HIJO: No sé nada de embarazos.
MADRE: Tú nunca sabes nada.
HIJO: Yo nunca se nada, de nada.
MADRE: Tu padre nunca sabía nada de nada. Eres igual, un estúpido que no sabe nada, de nada. Como tu padre, que comía carne, llegaba tarde, y tenia una hija mal educada, por eso quedó embarazada, y por eso abortó y perdió el bebé, porque fue una mal educada.
HIJO: Fuiste feliz.
MADRE: Me dio gusto, pero no fui feliz.
HIJO: Sentir gusto es igual que ser feliz.
MADRE: Sentir gusto no es igual que ser feliz.
HIJO: Entonces no conoces la felicidad.
MADRE: ¿Y tú si? ¿Qué conoces tú? ¿No conoces nada? Ni la felicidad.
HIJO: No conozco la felicidad.
MADRE: Si conocieras… (PAUSA) Tan solo si conocieras, seria más simple.
HIJO: Para ti.
MADRE: Quieres matarme, eso es lo que quieres.
HIJO: No quiero matarte.
MADRE: No lo dices pero lo piensas. Te conozco, estás pensando ahora, y estás pensando lo sé, estás pensando que quieres matarme.
HIJO: Sólo he llegado tarde.
MADRE: Para ti es fácil, llegar tarde, dejarme con la comida fría, y pensar en que quieres matarme, yo te he dado la vida y tú quieres quitarme la mía.
HIJO: Ironías.
MADRE: Te burlas de mí.
HIJO: No me burlo
MADRE: Lo haces, ahí estas, pensado con esa sonrisa. No se parece en nada a la sonrisa que tenias de pequeño, de pequeño sonreías risueño, me mirabas y sonreías, le sonreías a todo el mundo, todos decían que eras un niño precioso, y yo decía, es el niño más lindo, es un niño de comerciales y luego esa señora que dijo que tú serias una persona grandiosa, que llegarías lejos, que serias un hombre exitoso. Ahora no sonríes, te quedas ahí pensando sonriendo pero, no con la sonrisa que recuerdo.
HIJO: Solamente he llegado tarde.
MADRE: Ironía: Tono burlón con que se dice algo. Ahí estas diciendo: Solamente he llegado tarde. Podrías haber llegado… simplemente podrías haberlo hecho, pero a ti no te importa nada, no te importan los horarios. No sabes nada de horarios.
HIJO: No sé nada de horarios.
MADRE: Hoy leí en la prensa. ¿Tú lees la prensa? ¿Qué vas a leer tu si apenas la hojeas? Hoy leí que habían matado a unos niños frente a su madre. ¿Lo crees? Mataron a unos niños frente a su madre.
HIJO: Es horrible.
MADRE: Imaginaba aquella madre ensangrentada, bañada en la sangre de sus propios hijos que habían dejado de respirar frente a sus ojos, y el dolor, el dolor y la impotencia, imaginaba la impotencia de esa madre, pensando en las ratas que se darían un festín con la sangre de esos niños. (SILENCIO) Y más abajo decía que el cielo estaba nublado, que llovería, pero no llovió, hacía calor, el calor dispersa el olor de la sangre, por eso pensé en las ratas que irían a bordones a tragar la sangre coagulada de los pequeños, mientras la madre los miraba muertos con impotencia. Pensé en todo aquello, y pensaba en ti.
HIJO: Tú siempre piensas en mí.
MADRE: Eres mi hijo.
HIJO: Y tú mi madre.
MADRE: Una madre debe pensar siempre es su hijos, no seria una madre sino lo hiciera, una despiadada quizás, una mujer sin sentimientos. Pero que sabes tú de los sentimientos.
HIJO: No sé nada de los sentimientos.
MADRE: Jesús proclamo tantas cosas hace 2000 años, y tú las vetas con ese comportamiento, llegando tarde, dejando la comida fría sobre la mesa, y sin sentir el dolor y la impotencia de una madre.
HIJO: Yo las veto.
MADRE: Tu padre era igual. Un comunista, un ateo, un bebedor de café, un conocedor de mundo que vetaba las cosas que proclamo Jesús.
HIJO: ¿Te sentiste a gusto?
MADRE: ¡Era tu padre!
HIJO: Te sentiste a gusto.
MADRE: Sentí gusto cuando taladraban el árbol del frente mientras el agonizaba, me tapaba la vista, y ahora entra más fresco ¿No es verdad que ahora hace más fresco?
HIJO: Y hay más espacio.
MADRE: Hay mas espacio, si. Más espacio.
HIJO: Casi no hay nada.
MADRE: Casi. Estás tu.
HIJO: Casi.
MADRE: Casi.
HIJO: Y el pollo sobre la mesa.
MADRE: Y el pollo. (SILENCIO) Tengo lo que necesito.
HIJO: Tenemos
MADRE: Soy tu madre.
HIJO: Y yo tu hijo.
MADRE: Tengo lo que necesito.
HIJO: Yo no necesito nada.
MADRE: Me necesitas a mí.
HIJO: ¿Te necesito a ti?
MADRE: Todo hijo debe necesitar a su madre.
HIJO: ¿Todo hijo debe necesitar a su madre?
MADRE: ¡Todo hijo debe necesitar a su madre!
HIJO: Necesidades.
MADRE: ¿Sabes algo de ellas?
HIJO: Solo lo necesario.
MADRE: ¿Qué sabes tú de las necesidades?
HIJO: No sé nada de las necesidades.
MADRE: Ahí está el pollo sobre la mesa. ¿Qué hago ahora con el?
HIJO: Comételo.
MADRE: No puedo, está frió. Y sabes lo mal que me sienta la comida fría.
HIJO: Bótalo.
MADRE: No puedo botarlo, para ti es fácil, pero para mi no. No puedo botarlo.
(EL HIJO SE PARA DE LA MESA, AGARRA EL POLLO, VA A SALIR) ¿A dónde vas? ¿Qué haces con el?
HIJO: Algo se me ocurrirá.
MADRE: ¿A dónde vas? (SILENCIO) No llegues tarde. Sabes como me preocupo cuando llegas tarde.

El hijo sale. La madre se queda sentada en la mesa viendo hacia la puerta. Comienza la música del principio.


2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...