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martes, 27 de julio de 2010

ESSE EST PERCIPI.

Para los interesados en el tema (me refiero al "Esse est percipi" que en español quiere decir: Ser es ser percibido) hay una película del año 1965, protagonizada por Buster Keaton, Titulada "Film", ésta película fue dirigida por Alan Schneider y escrita por el gran Samuel Beckett. En ella se ahonda el tema verdadero del "Otro" y "La mirada", una teoría filosófica de George Berkeley.

Mi guión es sólo una comedia absurda con guiños a los hermanos Zucker. Je!

Esse Est Percipi
Guión
Daniel Dannery.


ESC. 1. INT. CONSULTORIO PSICOLÓGICO. DÍA.

INICIO DE SECUENCIA DE CREDITOS INICIALES.

El consultorio es un espacio cerrado. Hay un escritorio. Dos sillones colocados uno frente al otro. En el centro de estos, colocada, una pequeña mesa que tiene sobre sí, juegos didácticos. El sitio está poco iluminado, a pesar de que la luz del despacho se encuentra encendida, es una luz amarilla muy anémica y tenue. De la ventana, casi no entran rayos de luz, la persiana esta cerrada. Sentado sobre en un diván esta el PACIENTE (Joven, 25 años, blanco, flaco, y no tan rozagante, pero sin llegar a estar completamente pálido). Ve a todos lados, esta muy nervioso. En uno de los sillones, el más cercano al diván, se encuentra sentada la PSICÓLOGA (30 años, saludable, no muy flaca, blanca, y de una mirada cautivadora, gracias a sus ojos verdes). Se miran ininterrumpidamente, se nota tensión en el aire, el paciente ve hacia todos lados, y la Psicóloga espera por él para empezar a hablar, se nota que ella no quiere dar la primera palabra.

FIN DE LA SECUENCIA DE CREDITOS INICIALES.

El paciente la ve, como organizando sus ideas, mueve los labios, muy cortamente pero sin soltar palabras. Luego de un rato y de lanzarle una mirada atemorizada habla:

PACIENTE.
Están averiguando, y todo apunta a que yo lo hice.

La psicóloga lo ve. De repente del lado derecho del paciente aparecen una gran cantidad de señas indicándolo: tablones con flechas, Flechas indicativas, carteles que llevan escrito: Fuiste tú, Tú, tú y solamente tú. Entre otras cosas. Y del lado izquierdo un viejito que lo señala parcamente con el dedo índice. Cuando la psicóloga habla ya no aparece ninguna de estas cosas.

PSICÓLOGA.
¿Tienes alguna coartada?

PACIENTE.
La verdad es que no.

PSICÓLOGA.
¿Y por qué te acusan?

PACIENTE.
Ellos dicen que la relación que tenia con el… bueno que es muy sospechoso, todos sabían que el no me caía muy bien… pero usted sabe que yo soy incapaz de matar una mosca, aunque me den un poco de asco.

PSICÓLOGA.
Entiendo. Cuéntame ¿Cómo te sientes?

PACIENTE.
Bueno usted sabe doctora. De eso ya hemos hablado.

FLASHBACK:
El paciente en un fondo blanco, y vestido de flux y corbata mira a cámara y dice:

PACIENTE:
A veces siento que no me siento.
CORTE A.

PRESENTE.

PACIENTE (CONT)
Bueno no de eso específicamente, pero si de cómo me hacía sentir cuando estaba vivo.

PSICÓLOGA.
Claro, pero ahora… ¿Cómo te sientes?

El paciente ve el sofá vacío, y luego el diván donde esta recostado.

PACIENTE.
Bastante cómodo.

PSICÓLOGA.
Sobre lo que te acusan.

El paciente mira a los lados, paranoico.

PACIENTE:
No se si decirlo.

PSICÓLOGA.
Sino lo dices entonces, el que estés aquí no sirve de nada.

PACIENTE.
Claro pero… ¿Y sí me escuchan?… ¿Y sí lo saben?

PSICÓLOGA.
Nadie lo va a saber, más que yo… Estas aquí solo conmigo. No hay nadie más.

El paciente ve hacía el piso. Por detrás salen un Krishna, un policía, el mismo viejito que lo había señalado con el dedo, y un pingüino. La psicóloga les hace señas para que salgan.

PACIENTE.
¿Y si usted les cuenta?

PSICÓLOGA.
No le voy a contar a nadie, ya sabes que esta conversación es privada, y la información que das aquí se mantiene en secreto. Hay un acuerdo de confidencialidad.

Al lado del paciente aparece un hombre disfrazo de “Acuerdo de confidencialidad” quien saluda al paciente.

PACIENTE.
(SALUDANDO)
Si claro, pero mi mamá.

Foto de la mamá del paciente sonriendo exageradamente, lleva como vestimenta una bata de dormir blanca, el fondo es verde. La imagen es acompañada por una musical celestial.

PACIENTE (CONT)
Usted sabe, yo le he contado como es mi mamá.

Foto de la mamá del paciente sonriendo exageradamente, lleva como vestimenta una bata de dormir blanca, el fondo es verde. Esta vez lleva guindando del cuello unos binoculares inmensos. La imagen es acompañada por una musical celestial.

PACIENTE (CONT)
Ella averigua todo aunque uno se lo esconda… seguro debe estar viendo por los binoculares desde afuera para ver por la ventana.

PSICÓLOGA
La ventana esta cerrada, y tú mamá tampoco se encuentra aquí.

PACIENTE.
Eso es lo que no sabe usted.

PSICÓLOGA.
¿Quieres que abra la puerta para que veas que no está allá afuera?

PACIENTE
Bueno.

La psicóloga lo ve fijo con gesto de "¿En serio?".

CORTE A.

ESC. 2. INT. CONSULTORIO PSICOLÓGICO. DÍA.
La psicóloga se para del asiento dispuesta a abrir la puerta del consultorio. Y justo cuando va a llegar el paciente la detiene.

PACIENTE.
¡No!

La psicóloga se detiene. Mira hacia el techo. Respira profundo y exhala. Voltea hacia donde está el Paciente. Y lo ve arrodillado en el diván con el cuerpo en dirección a la puerta.

PACIENTE.
Seguro se fue, porque sabía que íbamos a abrir la puerta, yo se como es ella.

PSICÓLOGA.
No hay nadie allá afuera, más que mi secretaria.

PACIENTE.
Seguro su secretaria es una informante.

PSICÓLOGA
¿Informante? Si, ella me informa acerca de la gente que tengo que pasar a consulta. ¿Sabes qué?

La psicóloga en un acto rápido abre la puerta.

PSICÓLOGA (CONT)
Aquí no está tú mamá.

PACIENTE.
(CALMADO)
Seguro se fue antes de que usted la abriera.

La psicóloga le da la espalda a la puerta. Y se ve que sale corriendo una viejecita por el pasillo.

PSICÓLOGA.
Bueno, entonces para que no vuelva dejamos la puerta abierta, si así te sientes mas tranquilo.

PACIENTE.
Bueno.

PSICÓLOGA.
Comencemos de nuevo.

La psicóloga se sienta en el sillón nuevamente.

PACIENTE.
Claro ella seguro se devolvió a ver por los binoculares… pero como la persiana esta cerrada… no sabrá nada.

PSICÓLOGA.
Eso, comencemos de nuevo. ¿Cómo te sientes ahora que está muerto?

PACIENTE.
(LENTAMENTE, DIVAGANDO)
Bueno… no sé si este bien decirlo. Pero yo… veo… que me siento bien.

PSICÓLOGA.
¿Te sentiste bien, cuando te enteraste que se murió?

PACIENTE.
Si, bien. Pero no bien, de por ejemplo como dos perros teniendo… usted sabe…teniendo (CRUZA LOS DEDOS DE LA MANO) claro yo no me siento bien viendo a los perros, son los perros los que se sienten bien, claro que si yo fuese un perro, me sentiría muy bien.

PSICÓLOGA
Entiendo, pero tú. ¿Qué tan bien te sentiste cuando te enteraste?

PACIENTE
Mal muy mal…

CORTE A

ESC. 3. INT. CONSULTORIO PSICOLÓGICO. DIA.
De repente el paciente se encuentra hablando frente a un micrófono parado sobre una pequeña tarima. Comienza a hacer una representación teatral de todo lo que dice.

PACIENTE. (CONT)
Pero luego me sentí bien. Fue como un alivio.

De repente aparece un violinista tocando, y más atrás el mismo viejito que siempre lo señala.

PACIENTE. (CONT)
Como si hubiese cargado toda mi vida con una vaca en la espalda, y usted sabe como pesan las vacas, y de momento, como si la vaca se me hubiese caído en el camino. Solo que claro es muy difícil intentar revivir una vaca.

La psicóloga lo mira como desconcertada. El paciente saca un billete de su bolsillo y se lo da al violinista. La psicóloga saca una tarjeta de puntuación de esas que usan en concursos desde abajo con el número 3 escrito en ella.

CORTE A.

ESC. 4. INT. CONSULTORIO PSICOLÓGICO. DIA.
El paciente esta vez está sentado de nuevo en el diván y la psicóloga le pregunta:

PSICÓLOGA.
¿Y tienes alguna idea de quién pudo matarlo?

PACIENTE.
Me vienen muchas a la cabeza.

CORTE A.

ESC. 5. PANTALLA EN NEGRO.
Negro. Aparece en letras blancas lo siguiente:

Como el presupuesto no alcanzo para reflejar las ideas. Aquí damos una lista completa de las ideas que nos vienen a la cabeza:


Un toro sentado
Una legión de zombies enardecidos
Una buena película venezolana
La resurrección de George Berkeley
Danny Glober Hablando en español
Miranda Forever (Una trilogía)
Una representación teatral del código procesal penal
Sylvester Stallone en tanga
Jason vs. Freddy vs. Alien vs. Depredador vs. Una ardillita

(Y todas la demás que se le ocurran al equipo de trabajo)

Y una linda foto de la mascota de un amigo.

Foto de la mascota.

CORTE A.

ESC. 6. INT. CONSULTORIO PSICOLÓGICO. DIA.
Continuación de la escena 4.

PSICÓLOGA. (CONT)
¿Y no has pensado que realmente lo pudiste haber hecho tú?

PACIENTE.
¿Yo?

PSICÓLOGA.
Si, tú.

PACIENTE
Pero usted sabe que soy incapaz…

PSICÓLOGA
De matar una mosca lo sé…

PACIENTE
Aunque me den asco.

PSICÓLOGA.
Existen casos en que los pacientes bloquean el acto que han cometido, como un mecanismo de defensa, para no tener que afrontar la realidad.

PACIENTE.
Claro, la anulación del propio yo, para depender de los demás.

De repente al lado del paciente hay una mujer dándole aire con una gran hoja de palma, y una mujer que tiene un vaso en su mano y se lo acerca al paciente para que tome el contenido con un pitillo. Al lado de la mujer que tiene el vaso, esta el viejito que lo señala con el dedo.

PSICÓLOGA.
Por eso. Creo que seria bueno que recurriéramos a la hipnosis, para comprobar si realmente estás diciendo la verdad.

PACIENTE.
¿Hipnosis? ¿Usted cree?... yo he escuchado que es un procedimiento muy peligroso.

PSICÓLOGA.
Pero estás con una profesional. Sólo puedo hacerlo con tu consentimiento.

PACIENTE.
Claro, mi consentimiento. Pero usted cree que realmente haga falta. Yo de verdad estoy seguro de que no lo hice. No veo por qué…

PSICÓLOGA.
¿Quieres salir de todas las dudas?, ¿Si realmente eres un asesino, no te gustaría saberlo? En vez de pasar toda tu vida, cargando a cuestas el inmenso peso de la culpa sobre tus hombros, despertarte cada mañana pensando en algo, que no recuerdas pero que esta ahí latente, que a veces no te deja ni respirar, sintiéndote como la peor de las lacras de esta sociedad, por algo que seguramente no hiciste, hasta que se demuestre lo contrario.

PACIENTE.
Cuando usted lo dice suena mucho peor de lo que había imaginado. ¿Y duele? No tarda mucho ¿Verdad?

PSICÓLOGA.
No, no. Es un procedimiento rápido. Piensa que es un abrir y cerrar de ojos.


CORTE A.

ESC. 7. INT. CONSULTORIO. DIA.
La psicóloga tiene en su mano un péndulo que lo hace oscilar a lado y lado. El paciente ve el péndulo. Y sigue con la mirada el movimiento.

PSICÓLOGA.
Sientes que tus parpados cada vez están más pesados.

El paciente continúa viendo el péndulo. Y luego de unos segundos dice:

PACIENTE.
¿Sabe que anoche soñé con usted?

La psicóloga lo mira, mientras ondea el péndulo en sus manos.

PSICÓLOGA.
Eso no nos importa ahorita. Concéntrate en el péndulo.

El paciente continúa viendo el péndulo, sin despegarle la mirada.

PACIENTE.
Claro, el péndulo. Lo que pasa es que creo que el sueño era como premonitorio.

La psicóloga adopta una postura intimidante, y hace ondear el péndulo cada vez más rápido.

PSICÓLOGA.
Tus parpados se sienten pesados, muy pesados.

El paciente, se le nota cansado, pero no deja de ver el péndulo.

PACIENTE.
En el sueño. Usted hacia lo mismo. Hacia que el péndulo fuese de lado y lado. Y yo como ahorita lo miraba yendo ir y venir de lado y lado. La única diferencia es que en el sueño usted tenía como los dientes mas afilados… pero no todos.

La psicóloga sonríe mientras ondea el péndulo. Al hacer la sonrisa se le ven dos colmillos afilados.

PSICÓLOGA.
Sientes que tu cuerpo ya no pesa. Que estás en un estado de relajación total.

El paciente ya en un estado de ebriedad intenta mantener los ojos abiertos, y continúa diciendo.

PACIENTE.
Y sus ojos, sus ojos no eran verdes, sino blancos

La psicóloga esta vez tiene los ojos blancos, y sonríe, los colmillos se ven ahora con más claridad.

PSICÓLOGA.
Ahora me vas a contar que hiciste anoche.

El paciente, trata de mantener la vista fija.

PACIENTE.
De repente un hilo de sangre salía de su boca. No recuerdo bien, pero tenía sangre en la boca.

La psicóloga tiene un rastro de sangre en el labio, que se limpia con la mano.

PSICÓLOGA.
Cuando escuches el chasquido de mis dedos, quedarás completamente dormido, pero podrás escuchar mi voz con claridad.

El paciente cae rendido sobre el diván, con los ojos cerrados y dice:

PACIENTE.
Luego usted se acercaba a mí, con los dientes afilados y me daba un beso en el cuello. Creo que era un beso.

El paciente queda absolutamente dormido sobre el sillón.


FUNDIDO A NEGRO.

ESC. 8. INT. CONSULTORIO. DIA.
El paciente sentado en su sillón. Mira a la psicóloga, esta vez está un poco más pálido de lo normal.

PSICÓLOGA.
(CON UNA SONRISA LEVE)
Hemos terminado por hoy, nos vemos la semana que viene. Toma mucha agua que se te ve muy mal. Descansa. Siempre es bueno tomarse unos días libres.

El paciente se para del diván.

PSICÓLOGA.
Si quieres te firmo un reposo medico para que así no tengas problemas en el trabajo.

La psicóloga empieza a llena un reposo medico

PSICÓLOGA.
Bueno la semana que viene seguimos hablando sobre lo que te trajo aquí hoy.

Acompaña al paciente hasta la puerta. Conversan en la puerta.

PSICÓLOGA.
Y no te preocupes ese asunto con tu madre se soluciona rápido, lo que si me deja un poco mal es sobre ese problema que tienes con las mujeres, pero no te preocupes como te dije es sólo un espejo de la relación con tu madre, luego hablaremos de eso.

El paciente sale por completo del consultorio.

PSICÓLOGA.
Recuerda tomar mucho liquido, estás muy flaco, a las mujeres no nos gustan tan flacos.

La psicóloga le lanza una sonrisa a la secretaria. Y dice:

PSICÓLOGA.
El siguiente.

Un hombre bastante flaco y pálido se para de la silla de espera.

PSICÓLOGA.
¿Cómo está? Hoy será nuestra última sesión.

La psicóloga y el hombre entran al consultorio. La puerta se cierra.

CORTE A.

PANTALLA A NEGRO.

CRÉDITOS FINALES.


2008.

Dato interesante (Al menos para mi memoria): Recuerdo que escribí éste guion porque me gustaba una chica que estudiaba psicología y también era actriz, y pensé: "Si escribo un guión y la pongo a protagonizar el corto, a lo mejor tengo suerte y tiempo para que me conozca mucho mejor". Obviamente nada ocurrió, ni grabe el corto, ni termine de novio con la chica, ella si se consiguió un novio, que estudiaba psicología (Ironías). En todo caso me hace pensar que Freud tenía razón, lo único es que no te asegura el éxito.

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