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miércoles, 4 de agosto de 2010

CRÓNICA VULGAR

Crónica vulgar

¡OK!, sí, lo se, estaba mal, a tientas peor, pero qué se le hace. Cuando uno esta a oscuras siempre son mejores las cosas. Nadie ve la cara de asustado, de carajito perdido que esconde la mano para no mostrar evidencia del delito que cometió. Pero no es mi culpa, yo empecé por un piquito, pero mujer al fin, envidiosa como en propaganda de shampoo, quería dejar claro que ella, también tenía lo suyo.

Al fin nos quedamos solos, yo empecé por piquitos –muy reiterativo-, pensando que más adelante luego de no invadir una privacidad; para ese entonces desconocida, podría meter mi lengua en lo más profundo de su boca, (claro si lo decimos así, ya no tiene nada de poético, ¡a la mierda!). Pues como me lo imagino lo cuento.

La lengua en su boca, la baba, el sabor, el aroma del cigarro, un aliento rancio que se desprende del día completo, cuando lo ves de esa manera ya no provoca besar a nadie, pero es lo que menos importa.

Pues no, estaba equivocado, yo no tenia control sobre esa situación, una mata de sábila me pinchaba el culo, escogí mal el lugar lo sé, nadie se besa en una jardinera caníbal.

Pues bese, de a poquito, lento, lento, esperando el momento para ¡ZACATA! Meter la lengua, y esperar, tantear la situación, para saber a dónde llegaríamos, ella sabía, sabía muy bien a donde llegar, la que metió la lengua fue ella, y luego yo que acariciaba el cuello, como para mantener un balance corporal equilibrado, y no caerme, ni dejar tiesas por completo mis piernas, para que no se acalambraran, pues eso, acariciaba el cuello con una mano, con la otra me rascaba cada vez que podía una nalga para aliviar los punzones de la mata de sábila. Y así fue, la mano que estaba en su cuello –mi mano-, fue victima de su mano, la acosó, y bajó mi mano, finamente reposada en el cogote, hacia una teta, ¡por dios que es esto!...un fruncido de ceño hubo en mi haber, y yo ni corto ni perezoso con la mayor de las intrigas, toque, tampoco iba a devolver la mano a donde estaba, me quede ahí, varado en su seno izquierdo, lo conocí, me presente.

-Hola seno, soy la mano-. Primer punto de reconocimiento, así todo es mejor y se aclaran confusiones.

El seno me acepto, aunque a decir verdad, mi mano, le quedaba pequeña a su seno, ¿será por eso que me interés por mujeres de tetas grandes es escaso?, la verdad mi intención no es quejarme. Y bueno su seno tampoco se quejo.

-Seno izquierdo permíteme un apretón de manos…

Ella se intensifico, me atraganto de tanta lengua, mis labios externamente enchumbados de baba pedían descanso: ya va, ya va, un respiro, y una servilleta –Pensé-, y comencé a reflexionar internamente sobre mi relación con el mundo, tratando de interiorizar mis pensamientos con mis acciones: ¿Qué tienen las feministas contra los sostenes? ¿Por qué las mujeres hacen ejercicio con hilos dental? ¿A quién se le ocurre tatuarse en una teta un conejito playboy? ¿Dios mió qué le pasa al mundo? ¡Que decadencia!, ¿Por qué tantos por qués? Me está hablando, creo que me esta diciendo algo… ¿los hombres realmente somos unas mierdas? ¿Coño por qué me habrá puesto la mano en la teta, no es que no quisiera pero que raro? ¿Será que ahora las tácticas han cambiado?... ¡coño! ¿Por qué parezco una jeva? Déjate llevar, déjate llevar, seguro si me dejo llevar la cago…no pienses en eso, no pienses en eso… ¿será que me está usando de objeto? A mi nunca me han usado de objeto, y yo como soy tan guebon tampoco he usado de objeto a alguien…bueno si, una vez a una vieja a la salida de una discoteca, que asco…más nunca lo vuelvo a hacer…coño puso la mano sobre el bulto de mi pantalón… ¿Y si se me para?...mejor la vuelvo a besar, para que no se de cuenta que ando con el pene erecto… ¡que pena!

Y como si ahora, en estos tiempos nada importara, continúe, sigue la consigna, no somos humanos, solo disfrutamos el momento, ó sí lo somos y ya no pensamos en nadie. ¡Que importa el otro! Vamos, vive, vive, que no la vuelves a ver…y si la vuelves a ver, ella seguirá de largo como si no te conociera…¿en eso quedamos?...intercambiamos flujos, porque son babosos, resbalosos, y difíciles de agarrar, ahora somos así.

Sigue a el sitio más oscuro del lugar, así no tienes la posibilidad de verle la cara, y menos recordarás, que estabas ante un semejante, que solo el recuerdo de lo baboso se mantenga…nada de caras, nada de nombres, ¿estamos en una era donde los nombres se hacen menos innecesarios que una lengua? ¿Qué es lo que pasa?...

En ese momento, me tomó de la mano, llevaba falda, lo recuerdo más que su cara, quizás porque no quería verla a la cara, quizás porque soy una jeva más que un hombre y no quería verla a la cara, seguro su cara iba llevada por el momento. Que importa mañana, que importan dos horas después, que importa nada, vamos.

Llegamos y ella se sentó sobre una mesa, creo que era una mesa, todo estaba muy oscuro, y se levanto la falda hasta las rodilla, ya mi mano no estaba en su seno izquierdo como hacía un momento, no, mi mano se deslizo en una procura de oscuridad entre sus muslos, digámoslo de esta manera, yo estaba baba que baba, metiendo mi lengua en su boca, nuestras cabezas iban de lado y lado, de lado y lado, y ella bajó mi mano hasta la entrepierna, y yo llegue hasta el limite que daba el pliegue de las piernas, hasta su sonrisa vertical ¿así la llaman los intelectuales? Hasta una hamburguesa de McDonalds, ahora ya no importa, ni a ella le importaba que nombre tuviese en ese momento su sexo. No llevaba bragas… ¿estaba planificado? ¿Ella sabia que iba a pasar eso, con quienquiera que fuese? En fin…no llevaba bragas, pantaletas, hilo o lo que fuese, y la sentí de inmediato, un calor que solo proviene del resguardo de dos piernas, una tez lisa que solo da un momento de dedicación en el baño con una hojilla de afeitar, y entre la textura y el ambiente calido, una sensación escurridiza… ¿Por qué yo continuaba ahí?, por qué luego de pensar lo que pensé, introduje dos dedos, como en las películas porno…¿eso realmente les gustará?...¿eso existió antes de la pornografía? ¿Dos dedos antes que un pene?...dos dedos, dos dedos…antes que un pene. Ahora la sexología lo puede todo, y todo vale. No soy un puritano, no soy religioso, ¿será que pienso demás?

Y ella, no sé, no vi su cara, solo escuche uno que otro gemido: -ahhh, ahhh- un gemido de gusto, de placer, no sé, de cualquier cosa que provoquen dos dedos yendo y viniendo. Luego mi otra mano, que estaba sobre su brazo derecho, fue acosada por una de sus manos, y ella con la experiencia que puede dar la oscuridad, experiencia que se adquiere, o que es posiblemente natural, se levanto la camisa, y esta vez desnudó sus dos senos, y los sentí, tan naturalmente tibios como su sexo, y los sentí, y los toqué y jugué con ellos, como si fuesen dos grandes masas de plastilina que estaban ahí para ser moldeadas, para conseguirles forma en lo abstracto, para convertirme en Roldin, entre la oscuridad.

Algo paso. Hubo un silencio de muerte, un taconeo lejano que advirtió que estábamos en público. Saltó de la mesa, colocó su camisa donde iba, y arreglo su falda. Yo entré al baño, mis manos tenían un fuerte olor a sexo con orines que a veces ni el jabón quita, trate de quitarme el sudor de la frente, tomé una porción de agua entre las manos y las zambullí con frescura en el rostro, al hacerlo comprobé, que estaba caliente, como si una fiebre me hubiese invadido en ese momento, descubrí que tenia el pene erecto, y maldije que la maldita gota de fluido seguramente me había manchado el interior, unas ganas inmensas de masturbarme me entraron, pero me contuve, pensé: es un baño público, en cualquier momento alguien puede tocar esa puerta, y descubrirme jalando y jalando, en la punta de los pies recostado frente a una pared.

Termine de hacer lo que podía hacer y salí. Al salir, ahí estaba ella, hablando con otras mujeres con un vaso en la mano como si nada hubiese pasado, camine hacia ella, y pase a su lado, antes de seguir instintivamente le di una nalgada. ¿Por qué? ¿No lo sé? ¿Será una de esas fijaciones de las que hablaba Freud?

Yo iba a seguir de largo, pero ella me contuvo, me dijo: Espérame aquí un momento-. Luego salió hacía el patio trasero, y un conocido comento que tenia una cara extraña, como de susto, que estaba rojo, que mis pupilas estaban dilatas, que…que…que…entre muchos que, ella regreso, me tomo de la mano, y me llevo hasta fuera de la casa, entre sus manos tenia unas llaves con un pequeño control, TIC, TIC, sonó al apretarlo, y camínanos hasta su carro, me abrió la puerta, como quien deja pasar una dama primero y dijo:

-Bienvenido a mi carro.

-Muchas gracias-. Conteste yo. Y entré a la parte trasera, ahí ella se recostó entre mis piernas, y puso su cabeza encima de mi sexo, ya no estaba erecto, se había extinguido, escondido, había pasado el momento aquel, y le pregunte:

-¿Tienes sueño?

-No…-respondió ella. Le agarre la cabeza y la traje hasta mi boca, volvimos a empezar como en el jardinero, esta vez no había una mata de sábila que me pinchara el culo. Todo era más acolchado, pero igual de oscuro. Bese, bese, bese. Esta vez yo le levante su blusa, y le di vida a sus senos, una sensación de animal con hambre me poseyó, tenia ganas de morder, de rasgarle la ropa.

Mi otra mano volvió a la bifurcación de su sexo, y dos dedos volvieron a penetrar, esta vez con más fuerza, esta vez habían más gemidos, muchos más, más agudos, más íntimos, con más ecos, deje de besarla, y agarre su tetas, las mordí, note que sus pezones eran pequeños, tan pequeños que casi no se sentían, que eran apenas un brote, que su seno era totalmente lizo y que carecía de ellos, en ese momento no me importó, restregué mi lengua, sobre lo que yo creía podía ser su pezón, los mordí, los babeé, los apreté, y mi otra mano con vida propia hacía el mete-mete cada vez con más intensidad.

Por un momento paré de tomar sus senos, para concentrarme sólo en mis dos dedos, yendo y viniendo, con fuerza, velocidad, esta vez sin nada que me hiciera pensar que podía lastimarla, que podía hacerla sangrar por tanta fricción, notaba que ya casi no lubricaba, que todo se secaba de inmediato, y que la entrada y salida de mi dos dedos cada vez era más abrupta. Con la mano que aún tenía libre desabroche mi pantalón, y esta vez mi pene si estaba erecto, estaba vez mi pene estaba libre, ella se dio cuenta de esto, e instintivamente con su mano suelta, fue hasta él, y con delicadeza, lo masturbó, yo casi no lo sentía, mi enajenación se concentraba en mis dos dedos, entrando y saliendo, entrando y saliendo, quise abofetearla, quise hacerle daño, arañar sus senos, frotar su carne mas sensible como si mi mano fuese un martillo, pero me contuve, solo redondeaba constantemente su clítoris, su botoncito, su pene mal formado, eso que en momentos no se puede dejar de tocar, porque es la llave a la puerta de la satisfacción, yo me sentí inerte, como si el placer no fuese dado solo por la masturbación o el hecho de penetrarla ya no con solo dos dedos, como si mi glande aún después de tanto drenar y drenar sangre, no fuese suficiente para conseguir un orgasmo, como si la satisfacción no dependiera del contacto físico, un morbo me entró, y mi energía…llevó esta situación a su final.

Trate de voltearla, saque mis dos dedos. Pensé que era momento de dejar mis emociones de un lado y por fin cumplir con lo tradicional, y ella sólo contesto:

-Demasiado, para tan poco tiempo.

Una ganas inmensas de orinar me entraron, mezcladas con la rabia inmediata de su respuesta… ¿Dos dedos no fueron ya demasiado? ¿Mi huella dental en sus senos no fueron ya demasiado? ¿Su mano sobre mi pene erecto no fue ya demasiado?...Salí del carro, para descargar mi rabia, orine sobre el muro de la casa, y al volver, ella me esperaba con un pañito para limpiar culo cagado de bebé.

-Creo que lo vas a necesitar.

Y con una sonrisa en mis labios, y casi entre dientes le respondí:

-¿Y tú no?-.

Se que estaba mal, lo sé, que uno puede poner los ojos en cualquiera, que uno puede fantasear con quien le de la gana, que uno puede dejarse llevar en el momento, y olvidar que el otro, también esta hecho de sangre y carne, que soy un objeto, y que ella es vulgarmente alguien que maneja el control remoto, pero qué se le va a ser.

Pero pensar que luego se van a reír de ti, porque eres un protagonista de cuento. Primero la venganza luego la revancha.

Aquí tienes el otro lado de la historia.

Y sí, luego llegue a la casa a ver como el tipo de la película porno usa los dos dedos, indudablemente, mejor que yo.

02-08-2007

Daniel Dannery.

PS: ... Jeje.

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