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lunes, 30 de agosto de 2010

RABIA.

Rabia.

Rabia. La que deja el sentimiento de una memoria falsa, de una foto que pudo haber existido pero no fue tomada.

El no haber robado jamás el beso para tener en el recuerdo al menos un sabor inventado de brisa fresca y flores silvestres.

Tenerle miedo a la rendija que existe entre los pliegues de los dedos y poder descubrir si existía el calor suficiente para que las manos sudasen, tal vez de emoción.

Recordar en solitario, en medidas distantes y paralelas, a través de una imagen que no fue tomada por ti.

Tener miles de letras y espacios en blancos, que jamás podrán desbordase sobre el papel.

Descubrir que el tiempo pasa y no es en vano y vamos en constante cambio tratando de tomar decisiones, malditas o no.

Sorprenderse porque el sentimiento de culpa, es una alimaña, un acaro microscópico que te carcome día a día y que salea flote, como un cáncer que se convierte en el animador de tu desdicha, por una confesión.

Intentar pesar la calma y darte cuenta, que es solo una ilusión.

Pensar que hubo noches cargadas de risas, y saber que un minuto basta para convertirlas en desgracia.

Rabia. Ahogarse en palabras, y agonizar con el alfabeto atragantado en el pecho, y duele, como duele.

Dejar depensar. Pensar que no todo estuvo mal. Pensar. Pensar en la vida del otro y vivirla.

Dramatizar: Una almohada que se convierte en la victima mas conveniente, para olvidar que la victima eres tu.

Golpear. Maltratar. Acorralar.

Momento para darle “Click” al switch que prende el lado más oscuro de tu humanidad, aquel que procuramos no dejar salir, porque sabemos que pocas veces vivimos del miedo.

Violar tu propia libertad, para dejarla atrapada tras los barrotes de la emoción, y olvidar que existe la razón.

Perder.

Tener la sensación del vacío. Aquella que es la vida de todo agujero negro.

Y perderte.

Y luego el temor, ese que acaricia tus parpados, y te hinca fuertemente recordándote que no sabrás cuando volverás a encontrarte.

Odio.

El que procuras no sacar a pasear porque eres un espejo donde se reflejan los demás.

Daniel Dannery.

2009.

sábado, 28 de agosto de 2010

SIEMPRE.

Fotografía: Pascal Abadie.

Siempre.

A Narcisa.

Siete sellos en una carta dirigida a la muerte. 120 días de sexo interrumpidos. Cabellos lacios, y tez opacada por grandes puntos. Lo alto. Lo sincero. La experiencia. La nostalgia. Un jarrón manchado de tinta, por la pluma de algún moribundo. La nausea. La apatía. El amor. Lo perfecto también es risible. La baba. Los cachetes. Lo visceral. La poesía que se hace con un romance. La cama y sus esporas. La almohada llena de insectos chupa sangre. El dedo en el labio. Una gota de lágrima que cae y se desparrama por todo el cuerpo. La catarsis del momento. La luna llena vista desde lo más alto, y aquel momento gratificante lleno de felicidad “Sra. Darcy”. Los lobos plasmados en papel con un vestido largo color negro y el suicidio. Las fiestas del soma en el café acostumbrado. La nada de hacer nada callada en un “quédate conmigo por favor”. La ira. La amargura y las ventajas de una cosecha de uvas para el vinotinto. Y todos somos grandes músicos esperando en las cejas del arrepentimiento. Las palabras que siguen sin decir nada. Y la huella de la piel adherida en el centro del pensamiento. El instante de la creación. La musa desnuda puesta boca abajo para no ser plasmada en el sudor. La entrada de una bala en el corazón y es orgasmo. Mis putas. Mi puta. La querella del duelo en la pared. Lo que esperamos del golpe machacante absorbido en el vinagre de la seducción. Los túneles. Aquellas ratas viejas que se tambalean en la peste de los caprichos. La lengua deslizada en las espinas de los glúteos. Lo buenos momentos cargados de besos sabor a miel. El Whiskey en la entrepierna y la fruta madura escondida en la siembra llena de sabor, de un olor perfumado que se acompaña por un desvírgame otra vez. La velocidad de los días. Lo que no se pudo hacer. La R trancada en el verso más corrompido de tu cuerpo que también es mi templo. El plano medio de uno de tus senos. La locura convertida en un cuchillo para dos. El lazo de unos dedos. El intento de crear y no borrar. El cansancio que no es más que una partícula de oxigeno. Los que escapan en las noches más pervertidas. Lo calido. Lo frío. Tus fríos. Mi insensibilidad.

Stop

“Porque toda tu me sabes a fruta” a la primera, a la segunda, en la infinidad, y me es imposible olvidar, porque caigo y siempre he caído, y fue solo un momento. Y me contradigo y me reviso y palpo la gracias de un de nada, la cerilla, la ceniza y el rubio del tabaco entre los dedos con un aroma a semilla seca, ese recuerdo sensorial de navidades pasadas, de aglutinamiento, de rencor y sangre mala que sabe acidez y azúcar en los labios, y el te quiero que es mi mayor caída. La pérdida de la respiración.
La necedad de los niños, una pestaña partida en dos sobre el corcho del champagne. El cortar la uña y jalarla de tajo.

Porque en tu columna quebrajada no sólo está el polvo, sino las entradas, la máxima expresión de la insana continuidad del tiempo.

Daniel Dannery.
2006

jueves, 26 de agosto de 2010

LOS DESEOS DEL OTRO.

Ah ver.

Este es un guión un tanto extraño que comencé a trabajar a principios del 2009 y que tenía como objetivo grabarse para una materia de la universidad. Nunca se grabó. Y terminé haciendo un año después FEMENINO. Ayer reunido con mi Co-Guionista (El gran pervertido Aitor Olavarria) ensamblando intelectualmente lo que será mi próximo corto (Woohooo). Por alguna razón en nuestra conversación salió a colación éste guión (Olvidado por mi, y empolvado en los recovecos virtuales de mis carpetas).

Es una historia muy rara. Desconozco porque extraña etapa estaba pasando, hace ya, casi un año medio, para escribir ésta historia bastante ambigua. Lo que si recuerdo, es que escuche por horas y horas, mientras escribía o buscaba inspiración, una canción de The Residents titulada Loneliness, y que ahora, 20 meses después he vuelto a escuchar, y entiendo el ritmo que quería buscar en ésta historia.

La escena final que acompañaría la canción, la tenia visualizada como un plano secuencia.

NOTA:

Aquí les dejo posteada la canción, espero la disfruten mientras leen el guión.

The Residents - Loneliness

Los deseos del otro.

Guión literario

de

Daniel Dannery.

1. INT. RESTAURANT. NOCHE. (7:00 PM)

Un Televisor colocado frente a las mesas del Restaurant transmite una entrevista. En la entrevista un hombre conversa, se le ve en PLANO MEDIO, pero lo que dice no se escucha. Un teléfono celular está colocado sobre la mesa, al lado de este se encuentra un plato de comida a medio terminar, el contenido del plato es el de una ensalada de calabacines y berenjena a cuadros con queso de Búfala en una cesta de Hojaldre, el plato esta medio maquillado con una salsa de Al pesto. El celular indica las 7:00PM en el reloj digital. El teléfono recibe una llamada entrante, y comienza a vibrar, en la pantalla del teléfono aparece: “Llamada privada”. Virginia contesta el teléfono.

VIRGINIA.

¿Sí? –PAUSA- ¿Está misma noche? –PAUSA- ¿Quién te puso en contacto conmigo? –PAUSA- Tendría que llamarlo para corroborar la información, no acostumbro a tratar clientes si antes conocerlos –PAUSA- Cuestiones de seguridad –PAUSA- Si me dicen que eres de confianza, entonces no hay problema, no veremos a las 11 –PAUSA- Yo luego te indicare en dónde. –PAUSA- Muy bien…Vuelve a llamar en 20 minutos.

Virginia tranca el teléfono. Y continúa comiendo. Un camarero sube el volumen al pasar por el televisor, el hombre que habla es identificado en la franja del televisor como: Luis Disanto, psicólogo especializado en investigación científica del delito. Dice lo siguiente:

T.V. LUIS DISANTO.

Alejandro, Magalí… (Refiriéndose a los conductores del programa) Aunque sea difícil de reconocer nadie se acerca a algo que le sea totalmente ajeno. Entre las peores fantasías de un perverso, ya sea un asesino de prostitutas; como lo que tratamos hoy acerca de la situación que lamentablemente esta viviendo nuestra ciudad. Entre esas fantasías y las nuestras, no hay diferencias, pero si las hay en la posibilidad de concretarlas. Hoy estamos viviendo la época del ser humano sicopático:

Al continuar lo que el psicólogo en televisión dice comienza un FUNDIDO A NEGRO.

(CONT) T.V. LUIS DISANTO

…muy ocupado en sí mismo, todo es muy fugaz… Hay antecedentes personales y familiares que se reiteran: abuso psíquico, físico o sexual…

La pantalla queda en negro hasta finalizar el

FUNDIDO A NEGRO.

2. INT. HABITACIÓN DE HOTEL. NOCHE (10:59PM)

INICIO SECUENCIA DE CRÉDITOS INICIALES.

Al fondo de la habitación: una ventana con cortinas a los lados. Del lado izquierdo a la ventana, en la verticalidad del espacio un acomodador de gavetas que no tiene nada sobre si. En la pared izquierda, pegado al muro, un cajón de televisión aéreo, y un televisor sobre él, apagado. Sobre la pared del lado derecho a la ventana un reloj de punteros que marca las 10:59PM. De este mismo lado en verticalidad espacial, la cama. Junto a ella al fondo una pequeña mesa de noche con una pequeña lámpara para leer, un teléfono y el control del televisor.

SONIDO DE PUERTA QUE SE ABRE

Entra Diego (30 años) a la habitación, es un hombre delgado, blanco, de una calva no muy prominente pero con el cabello rapado, usa lentes de ver, va bien vestido. Lleva un pequeño maletín de cuero en la mano derecha. Va directo al acomodador y deja el maletín sobre este, y las llaves de la habitación. Prende el TV y Va hacía el baño.

SONIDO DE PUERTA QUE SE ABRE

Del Televisor se escucha:

NARRADOR TV (V.O)

Los organismos de seguridad del país han dejado pasar la muerte de 4 mujeres, reseñándolas como un número más, en la ola de homicidios diarios en la ciudad.

Regresa esta vez sin el paltó y se dirige nuevamente hacia el acomodador. Desabrocha el botón del cuello de la camisa. Se quita la corbata. Desabrocha los botones de las mangas y las arremanga. Cierra las cortinas de la ventana. Mira a los lados buscando algo.

Mientras ocurre la acción se sigue escuchando el reportaje televisivo.

NARRADOR TV (V.O)

Declaraciones dadas por el director de la morgue, hacen constar que estos sucesos, nada tienen que ver con los actos delictivos que se cometen a diario. El director alega que las 4 mujeres halladas en fechas anacrónicas, eran prostitutas, y fueron encontradas de forma similar en el momento de la exhumación de los cuerpos.

Va hacia la cama, se sienta dándole la espalda a la puerta de entrada a la habitación. Se quita los zapatos. Se recuesta sobre la cama y toma el control remoto del televisor que se encuentra sobre una de las mesas de noche, mira en su reloj la hora, llama por el teléfono de la habitación, y continúa viendo el reportaje.

Mientras ocurre la acción, continúa el reportaje en TV.

TV (V.O)

(VOZ DEL DIRECTOR DE LA MORGUE)

…Si las coincidencias postmortem de estos 4 cadáveres en nuestras investigaciones resultaran ser exactas, nos hallamos ante el primer caso comprobado de un asesino que sigue patrones seriales en nuestro país.

Diego habla por teléfono, mientras la narración de la televisión se da a lugar, y dice:

DIEGO

Si… Suba una botella de vino y dos copas.

Diego tranca el teléfono. Antes de que termine el reportaje en televisión y que el narrador diga lo siguiente:

NARRADOR TV (V.O)

Declaró el director...

Diego comienza a hacer zapping televisivo. A medida que va cambiando de canales, se escucha desde el exterior un leve golpeteo en la puerta de la habitación. Diego apaga el televisor, deja el control remoto sobre la mesa de noche. Se dirige al acomodador. Abre el maletín.

SONIDO DE GOLPETEO EN LA PUERTA

DIEGO.

Un momento.

Diego saca de su espalda una pistola. La introduce dentro del maletín, y de igual manera quita de su mano, un anillo y lo introduce en el maletín. Lo cierra y se dirige hacia la puerta.

FIN DE CRÉDITOS INICIALES.

SOBRE FONDO BLANCO EN LETRAS NEGRAS EL TITULO:

Los deseos del otro.

FUNDIDO A NEGRO.

3. INT. HABITACIÓN DE HOTEL / BAÑO. NOCHE (11:43PM).

El reloj de la pared marca las 11:43PM. Tirada sobre una alfombra blanca se encuentra Virginia (26 años): es una mujer bella, morena, delgada. Su belleza se ve apocada por la situación: mantiene los ojos cerrados como si estuviese durmiendo. El rimel de sus ojos esta corrido, y la pintura de labios se sobre pasa como un manchón sobre el principio de sus mejillas, hay sangre en su labio inferior, y su boca ha sido amordaza con un pañuelo marrón. Su frente esta sudorosa. Una gota de sangre recorre su perfil derecho, hasta caer sobre la parte más cercana de la alfombra que esta frente a sus labios.

Frente a ella en un sillón, nervioso y sudoroso, esta Andrés (46 años), es un hombre un tanto regordete, su mirada está como perdida, lleva puesto el uniforme que lo identifica como un empleado del hotel, un traje gris con una placa que lleva escrito: Andrés Martínez, Botones. Tiene una camisa blanca con el cuello desabrochado. A la altura del bolsillo hay una mancha de sangre. La mancha de sangre se denota como si el hubiese pasado su mano ensangrentada en la camisa para limpiarla. Ve con perturbación a Virginia. Se pasa la mano izquierda por el cabello intentado eliminar el sudor. Su mano derecha esta recostada sobre el brazo del sillón, reluce un pequeño anillo dorado de matrimonio, y la lámpara de noche da brillo a un arma que mantiene con el puño cerrado.

Virginia esta tirada a un costado de la cama de la habitación, sus manos están amarradas con una sabana a la pata de la cama. Lleva un vestido de una pieza. Uno de sus pies esta descalzado, el otro calza un tacón negro. Andrés dice con un tono de cierta inocencia:

ANDRES:

Yo soy solo un botones.

Ella lo ve, tratando de volver en si. El tono de voz de Andrés, es un tono relajado, algo contrario a la situación en la que se encuentran.

ANDRES:

¿Tú ibas en el ascensor verdad?

Ella, asienta afirmativamente con la cabeza, pero su mirada se desvía hacia varias partes.

ANDRES:

(MIRANDO FIJO SUS ZAPATOS)

Yo siempre conozco mucha gente como tú en el ascensor.

Ella lo ve fijamente. E intenta hacer un reconocimiento de su situación.

ANDRES:

(MIRA FIJO EL RELOJ DE PARED QUE SE ENCUENTRA EN LA HABITACIÓN)

Son las personas que más vienen a este lugar.

Ella en un acto de desesperación comienza a llorar. Andrés se para del sillón y deja el arma descansando sobre este. Se acerca a ella, y se para viéndola desde arriba.

ANDRES:

No llores, se te va a correr el maquillaje.

Andrés se encuclilla e intenta quitarle una lágrima de los ojos, con el dedo en el que lleva el anillo. Andrés se para, y se dirige al baño. Ella intenta persuadirlo con gemidos, pero el hace caso omiso e igual entra al baño. Al entrar ve el cadáver de Diego tirado en el piso, detalla el tiro que hay en su abdomen, y cierra la puerta del baño. Al cerrarla se encuclilla ante Diego y busca el pulso. Ve una toalla de manos guindado en la baranda al lado del lavamanos. Se para. Toma la toalla. Abre el grifo del lavamanos y moja la toalla en el agua.

FUNDIDO A NEGRO.

4. INT. HABITACIÓN DE HOTEL. NOCHE (11:11PM)

Diego y Virginia están sentados sobre la cama. Ella sostiene entre sus manos dos copas de vino. El intenta destapar la botella con un abre corchos. Al destaparla, vierte una porción de vino para cada uno. Diego se para de la cama, y se dirige al mesón donde deja la botella. El camina hacía la cama de regreso, y Virginia se para de la cama y da unos pasos con las dos copas de vino en la mano hacía donde está el. Una de las copas se la acerca a Diego, quien la recibe con agrado. Ella dice:

VIRGINIA.

(SONRIENDO)

¿Y qué celebramos?

DIEGO.

(SEDUCTOR)

Mi cumpleaños.

VIRGINIA.

(PICARA)

Pues te voy a dar un regalo que nunca olvidaras.

Diego se acerca para besarla. Empiezan a besarse. Mientras se besan, Virginia accidentalmente deja verter el contenido de la copa sobre la camisa de Diego. Diego se molesta. Empuja a Virginia, quien da unos pasos hacia atrás, Virginia lo ve con ira. Diego va directamente hacía el baño, y cierra la puerta de un solo golpe.

VIRGINIA.

(CON RABIA)

Imbecil.

Virginia comprueba que Diego no este a punto de salir del baño. Mira el charco de vino que se ha formado en la alfombra. Camina hacía donde Diego dejo su chaqueta, deja su copa de vino al lado del maletín. Virginia busca entre la chaqueta, y consigue un fajo de dinero, mira hacia la puerta del baño con cierto nerviosismo, y sustrae un poco menos de la mitad, del dinero, coloca nuevamente el fajo de billetes en la chaqueta. Al devolverse nuevamente a la cama, ve el maletín de Diego y lo abre. Revisa el contenido, y descubre el arma. En ese momento Diego sale del baño.

DIEGO.

¿Qué estás haciendo?

Diego cierra los puños de la mano y se abalanza rápidamente hacía donde esta Virginia. Virginia en un acto de defensa, agarra el arma del maletín, el movimiento brusco de su mano, hace salir volando la copa. La copa cae al lado de la cama rompiéndose en pedazos. Virginia le dispara a Diego en el estomago. Se queda impactada por lo que acaba de hacer y deja caer el arma al piso. Ve a Diego tendido en el suelo por unos segundos. Comienza a ver a los lados. En un acto inesperado, va hacía el televisor y lo enciende. Le da el máximo volumen. En la televisión trasmiten comerciales. Va hacía donde esta el cuerpo de Diego, y lo agarra por los brazos. Con dificultad lo arrastra hasta el interior del baño. Y cierra la puerta.

FUNDIDO A NEGRO.

5. INT. OFICINA. NOCHE.

La oficina, es un cubículo blanco, la decoración es absolutamente minimalista. Sentado en una silla está Andrés, quien ve la Televisión; que se encuentra colocada en un pequeño escritorio. Al lado del televisor, hay un teléfono, con las líneas internas del hotel. En televisión una viñeta informa sobre la persona que está hablando: Mario Guerra. Director de la policía central. Dice:

MARIO:

Lo que planteas no tiene sentido. Fíjate, en lo que va de año se han registrado 461 casos por muertes violentas, yo no puedo parar las investigaciones de estos casos, que bien han sido por armas de fuego, armas blancas y objetos contundentes, para atrapar a un supuesto asesino de prostitutas.

Mientras continúa la narración en televisión.

V.O. (CONT.) MARIO.

Si lo que buscan es la existencia de un patrón serial, pues bien esos 461 cadáveres, también entran dentro de ese patrón, cualquiera que ha matado más de dos veces, entra en ese concepto…lo que yo creo que hay aquí es un juego mediático para desprestigiar al departamento…

Suena el teléfono. Andrés contesta. Mientras escucha por el auricular mantiene la mirada fija en el televisor. Saca una libreta de anotaciones y escribe lo siguiente:

Acomodar el 304Verificar ruido proveniente de la 410”

Andrés dice por teléfono:

ANDRES:

Muy bien señor.

Andrés tranca el teléfono. Apaga el televisor. Y toma una bandeja que esta colocada sobre la mesa.

CORTE A.

6. INT. HABITACIÓN DE HOTEL. NOCHE. (11:32PM)

El reloj marca las 11:32PM. Virginia se esta colocando los tacones. Recoge su cartera que esta sobre la cama. Apaga el televisor. Al dirigirse hacía la puerta, tropieza con el arma que esta en el piso. Se agacha, la toma entre sus manos y abre camino hacía la puerta. Antes de salir y meter el arma en su bolso Andrés abre la puerta.

SONIDO DE PUERTA QUE SE ABRE.

En su otra mano lleva una bandeja. Ve que Virginia tiene un arma. Virginia ve a Andrés. Andrés golpea fulminantemente a Virginia en la cabeza, antes de que ella pueda apuntar. El sonido de un disparo, se oye seco.

FUNDIDO A NEGRO.

7. INT. HABITACIÓN DE HOTEL. NOCHE. (11:48PM)

El reloj marca las 11:48PM. Andrés pasa una toalla mojada sobre el rostro de Virginia. En vez de borrar la mancha negra que se ha formado bajo los ojos y lo largo de su rostro, por el corrido del rimel, la incrementa.

ANDRES.

(MIENTRAS LE LIMPIA LA CARA)

Ahora uno nunca sabe con que tipo de gente se puede encontrar. Hay gente muy mala.

Andrés deja de limpiarla. Se para y se sienta en la cama y dice:

ANDRES.

(MIRA FIJAMENTE A LA PUERTA DEL BAÑO)

Pero tú... tú no tienes cara de hacerle daño a nadie.

Virginia intenta decir algo. Andrés se acerca a ella y se encuclilla frente a su cara. Le quita la mordaza. Y ella le dice:

VIRGINIA.

El me quería matar. Fue un accidente.

Andrés aún encuclillas, pasa su mano por la cabellera de ella y le dice:

ANDRES.

¿Y porqué tenías la pistola?

VIRGINIA.

No sé, estaba nerviosa... la iba a botar.

Andrés se para. Y vuelve a sentarse en el colchón. La mira. Luego de un silencio corto dice:

ANDRES.

Será un secreto.

Virginia intenta contener el llanto, e intenta buscar una postura más cómoda sin encontrarlo. Le dice:

VIRGINIA.

¿Por qué no me sueltas?

Andrés la ve por un momento y luego fija la mirada en el horizonte. Y dice:

ANDRES.

Mi madre me decía que lo más divertido de la vida eran los secretos.

(Reaccionando, mira a Virginia)

Ahora tenemos un secreto entre los dos. ¿Cómo te llamas?

VIRGINIA.

Virginia.

Andrés se para de la cama. Mientras lo hace dice:

ANDRES.

Como la escritora. ¿La conoces?

Andrés camina hacía el mesón. Y Virginia le dice:

VIRGINIA.

¿Por qué no me sueltas? Sólo quiero irme a mi casa, mi familia debe estar preocupada.

Andrés ve la botella de vino y una copa vacía. Mientras sirve vino en la copa dice:

ANDRES.

Clarissa...

(Voltea a verla y ríe)

No... No te pareces en nada a ella.

VIRGINIA.

¿Qué vas a hacerme?

Andrés con la copa de vino entre las manos y ahora dándole el frente se le queda viendo. Ella le dice:

VIRGINIA.

¿Por qué no me sueltas?

(Virginia comienza a llorar repentinamente)

El se acerca a ella, con paso rápido. Y se encuclilla nuevamente. Le dice:

ANDRES.

Se te va a seguir corriendo el maquillaje...

Andrés le da de beber un poco de vino, ella acepta. Mientras lo hace continúa diciendo:

ANDRES.

Se ven feas con el maquillaje corrido, y tú eres hermosa.

Virginia lo ve por un instante. Y le dice:

VIRGINIA.

Eso... ¿Eso es lo qué quieres?... yo no tengo problema en hacerlo.

Andrés se para nuevamente. Esta vez con brusquedad. Mientras lo hace dice:

ANDRES.

Yo no quiero nada.

Andrés se dirige hasta el sillón donde se encontraba sentado anteriormente, toma el arma de nuevo entre sus manos. Y le dice:

ANDRES.

Discúlpame. No quería golpearte. Todos los días veo gente como tú. Algunas salen más tristes que otras.

VIRGINIA.

¿Cuál es tu nombre?

ANDRES.

Andrés.

Virginia Comienza a llorar nuevamente.

ANDRES.

(Con molestia)

Por favor no llores más.

(Tranquilizándose)

¿Qué quieres que hagamos?

VIRGINIA.

¿Con qué?

Andrés no responde.

VIRGINIA.

No sé. Nada. Sólo quiero irme de aquí, mi familia...

ANDRES.

Y te iras.

Andrés comprueba que el arma este cargada. Virginia lo ve. Y cierra los ojos.

CORTE A.

8. INT. BAÑO DE LA HABITACIÓN. NOCHE.

Andrés se mira en el espejo del baño. Tiene la frente sudada. Se seca con la mano. Al secarse, mira la argolla que tiene en uno de sus dedos. La tantea con su otra mano. Vuelve a mirarse en el espejo. Rompe con el culo de la pistola el espejo en un arranque de ira. Diego que está en el piso recobra el aliento. Andrés se da cuenta de ello. Diego intenta decir algo pero no puede. Andrés se encuclilla ante Diego. Diego vocifera entre dientes:

DIEGO.

Ayúdame.

Andrés lo mira. Y pone la mano en la que tiene la sortija sobre el cuello de Diego. Diego trata de luchar por su vida. Andrés ejerce más presión, en el forcejeo termina acostado sobre Diego, estrangulándolo con sus dos manos. Diego no puede más, sus ojos se viran hacía atrás y muere. Andrés respira fuertemente, y quita sus manos del cuello de Diego.

CORTE A.

9. INT. ASCENSOR DE HOTEL. NOCHE. (10:53PM)

En el reloj que lleva Diego en su muñeca izquierda son las 10:53PM. Diego y Andrés van en el ascensor. Andrés está parado justo enfrente de los botones del ascensor. Diego esta del otro lado. Andrés pregunta con la mirada clavada en el piso:

ANDRES.

¿Piso?

Diego revisa el número de la habitación en la llave que le han dado.

DIEGO.

El que me lleve a la habitación 410

ANDRES.

(Con la mirada en el tablero de botones)

Andrés marca en el tablero, el botón que lleva el número 4. Diego ve por un instante a Andrés, y le dice:

DIEGO.

Conoces bien tu trabajo.

ANDRES.

(Andrés mira fijamente hacia el piso)

Si, señor.

DIEGO.

Eso es importante en cualquier lado.

ANDRES.

(Sin despegar la mirada del piso)

Muy bien señor.

El ascensor llega al piso 4. El número que lo indica aparece sobre las puertas. Las puertas del ascensor se abren. Diego saca un fajo de billetes. Toma un billete de 100Bs. Y se lo da a Andrés.

DIEGO.

Hoy estoy feliz. Tomate unas copas por mi.

Andrés sin expresión alguna toma el billete. Diego sale del ascensor. Andrés lo ve caminar hacía la habitación. Las puertas del ascensor se cierran.

CORTE A.

10. INT. HABITACIÓN DE HOTEL. NOCHE. (11:57PM)

Virginia busca zafarse las manos. Tropieza con uno de los pedazos rotos de la copa. Lo toma e intenta romper la tela con ello. A tientas no logra hacer nada. Andrés sale del baño. Virginia con una de sus manos presiona el cristal roto. Andrés va en busca de la bandeja. Prende la televisión. Y se sienta en la cama a verla, la bandeja la tiene apoyada en las piernas. Hace zapping. Lo que se muestra son puras propagandas, dibujos animados, series, fragmentos de películas. La apaga. Sentado desde la cama dice:

ANDRES.

Yo también tengo familia. Tengo un hijo...aún está pequeño.

Andrés se para y va hacía el mesón. Ve el maletín de Diego, deja el arma dentro del maletín. Camina hacía la puerta. Antes de abrirla dice:

ANDRES.

No puedo hacer nada por ti.

VIRGINIA.

(Llorando)

Si puedes, desátame… No me dejes aquí por favor.

Andrés la ve por un momento, baja la mirada, abre la puerta y sale de la habitación.

CORTE A.

11. INT. HABITACIÓN DE HOTEL. NOCHE. (12:04PM)

El manubrio brilla como una bombilla. El reloj marca las 12:04PM.

(COMIENZA A SONAR LONELINESS DE THE RESIDENTS)

La puerta se ve mucho más lejana. En el baño yace el cadáver de Diego. Al salir del baño, en el recorrido hasta el mesón, se logran ver los pies de Virginia, que se mueven frenéticamente. Sobre el mesón, esta el maletín abierto. En el interior del maletín, hay una identificación de Diego, que lo documenta como un policía. En el piso yace tendido el cuerpo de Virginia, intenta zafarse desesperadamente con el pedazo de vidrio. Sus ojos reflejan angustia. El reloj Marca las 12:05PM. Su teléfono celular colocado en la cama comienza a vibrar. La llamada se identifica como: Mamá llamando.

(LA MÚSICA DEJA DE SONAR)

FADE IN.

SECUENCIA DE CRÉDITOS FINALES.

Sobre fondo blanco y letras negras.


2009.

DaDa.

martes, 24 de agosto de 2010

FATIGA.

Mi entrada a la vida académica universitaria fue un poco acontecida. Y no porque tenia dudas de si estudiar tal carrera o en tal universidad, en ese caso, tenia que ser la UCV ajuro y porque si, sino hubiese quedado para limpiar baños en McDonalds, yo era un tonto de capirote con síndrome de ombligo del mundo (Sigo siéndolo, realmente) y mi madre no tenia para pagar una universidad privada, y no había otra carrera que me interesara. O era eso, o creo que ahorita sería gerente de algún Arturo´s, con una marca intachable históricamente, de ser empleado del mes, en doce meses consecutivos, lo que claramente marcaría un record dentro de la empresa.

Inicialmente, quedando seleccionado en la Escuela de Artes por prueba interna, tuve la desfachatez de repetir 5to año de bachillerato. pero como dicen: No hay mal que por bien no venga. Quede seleccionado para entrar al programa Samuel Robinson de la UCV, un proyecto educativo que le permite a estudiantes de colegios públicos, optar por una carrera universitaria apostando hacia la preparación integral del estudiante antes de afrontarse por completo a la carrera que desea, obviamente, el SR, era una especie de ROBINSON LA GRAN AVENTURA, existían etapas, y si no las pasabas, estabas fuera y podías decirle adiós a tu futuro, al menos por ese momento.

Yo con algo de perseverancia y sentido común, logre pasar etapa por etapa, durante un año. En una de esas etapas, una de las materias que veía, que era algo así como una cátedra de Expresión Literaria, pidió como asignación la escritura de un relato corto, cuya premisa expresiva debía ser la descripción detallada de una acción. Y pues como a mi siempre me gusto eso de escribir, decidí relatar algo basado en una anécdota que mi padre me contó en aquella época sobre "En busca del tiempo perdido" de M. Proust, la cual dictaba que cuando Proust se le presento con el primer tomo al editor este le dijo al pobre infeliz: ¿Y quien va a leer un libro donde en las primeras 500 paginas se cuenta como alguien se intenta parar de la cama?, a mi me causo gracia, y hasta por un instante me sentí del lado del editor.
Pero bueno, me gustaba la anécdota, y decidí que mi relato seria sobre un tipo que le da flojera pararse de la cama en la mañana. Lo escribí. Lo entregue. Y espere ansioso por mi calificación. Obviamente no es ninguna obra maestra, es algo que me pareció divertido escribir en ese momento. Y aunque pensaba eso, esperaba una buena calificación, una B al menos. Soñaba con una A, pero sabia que era imposible.
Llegado el día de la entrega de trabajo la profesora me entrega la hoja, y verla con detenimiento, encuentro unos tachones rojos y una gran C-, encerrada en un circulo. Sentí que no servia para nada, que para qué escribía yo si todo era una porquería. A pesar de mi depresión momentánea, antes de regresar al pupitre, decidí preguntarle a la profesora, por qué me había calificado con esa nota (si es que hasta la estúpida más fresa de esa clase tenia una B) y la mujer viéndome con esos ojos inquisidores y aburridos me dijo: -Porque eso no lo has escrito tu. Parece extraído de alguna novela. Da gracias que no te he acusado de plagio.

Obviamente no me lo plagie, tampoco parece sacado de una novela. Y hasta mal escrito está. Pero recordar ese momento, siempre me llena de satisfacción y orgullo. Y sobre todo desencadenó en mi un sentido de burla constante ante las subjetividades de nuestros llamados académicos.

Con ustedes el relato.

Fatiga

No era de gran importancia el significado que tenían para mí las mañanas, era simple de explicar. Ciertas personas tienen la costumbre de bendecidlas, de elogiarlas y amarlas, no era mi caso.

No creo seriamente, que mi odio a despertarme, fuera causado por el equipo utilizado para descansar por las noches; pienso y sigo pensando, que tal vez sea una fatiga mental que me obliga a descartar todas las noches, el recuerdo de una mañana; sin obligar a mi memoria a sufrir ese sabor amargo que provocaba en mi el despertar.

La situación era algo confusa: el abrir los ojos y volver a cerrarlos, el mover los pies débiles que por varias horas habían dejado de funcionar, tener que sentir el resplandor del sol, provocado por el brillo del televisor; un televisor, que se pudiera pensar grande, colocado sobre una mesa de caoba, compuesta por dos mini-puertas, en la cual se encuentra colocado todo lo relacionado con el video -este no es el caso-. Luego de sentir tan terrible armonía matutina, desechar la idea del volver a soñar (era lo que mas odiaba de esta situación).

El frió de las mañanas, combinado con el aire innecesario del ventilador, sofocaban mi ira e irritaban mi paciencia como gran dormilón que fui; era justamente lo que mas odiaba de mi vida, el frió que me hacia enloquecer, ese contacto de mi cuerpo tibio y el aire denso de las mañanas, me hacían bailar sobre la cama, dando vuelta tras vuelta en busca de la sabana –proceso que duraba varios minutos, ya que la estatura de mi cama y su ancho impedían que fuera fácil la obtención de aquel pedazo de tela-. El jugueteo con las almohadas, ya era suficientemente inútil, en el desarrollo de estar semi despierto como semidormido.

Siento que mi cuerpo se encuentra en dirección norte-sur, empiezo lentamente a mover dedo por dedo de mis pies, siento como el calambre corporal empieza a apoderarse de mi; la situación es desesperante, hago un leve movimiento de parpados y se centra en mi el resplandor causado por el televisor, siento que mis ojos están pegostazos, y el mal sabor de boca empieza a irritarme, el frió es incontrolable, no logro conseguir la cobija, mi mente trata de pensar y soñar; el reloj suizo que mi padre me regalo hace un año se encuentra en la mesa de noche situada a mi izquierda, levanto el parpado izquierdo, veo que dan las 8:25 AM; esta apunto de sonar el despertador. Me desmorono nuevamente y en cinco minutos de sueño vuelvo a despertar.

Hago un intento de por levantarme, pero antes pienso en un plan que me lleve al triunfo: Me inclino levemente hacia el lado derecho de la cama, me encuentro débil y el tronco de mi cuerpo vuelve a su posición original, lo planifico por segunda vez, y salgo victorioso. Mis piernas se encuentran débiles y pienso por minutos, si esperar a agarrar fuerzas o desafiar a la gravedad; no espero, trato de apoyar todas mis fuerzas hacia mi pierna derecha, me empujo con ayuda de la cama hacia arriba, pero el resultado es insatisfactorio, intento nuevamente la situación, pero esta vez lo hago hacia mi pierna izquierda, abro los ojos, me impulso hacia delante y como si no hubiera pasado nada quedo de pie.

He tratado de dar un paso hacia delante, ha sido inútil, he caído de nuevo, pero hacia el piso frió y duro.

Daniel Dannery.

2003

lunes, 23 de agosto de 2010

TODO ES.

He conocido pocas personas (de alguna forma allegadas) que han muerto, por una u otra razón. Las que más me han pesado de alguna manera, es la de dos compañeros de bachillerato. Una más tardía que la otra, y en diferentes circunstancias. Pero digamos que aquella que más sufrí, fue la que estuvo más cercana a esa transición Colegio-Universidad. Sobre todo porque uno está más cargado emotivamente con esa gente que por lo general terminan siendo amigos para toda la vida, pero era una emoción que tampoco era del todo real. Digamos que simplemente apareció por circunstancias varias.
En el primer caso estoy seguro que no hubiésemos sido amigos para toda la vida, eramos personas muy distintas aunque nos teníamos cierto aprecio. En el segundo caso, ciertamente perdí un buen compañero de esos que al menos en vida agradecieron el hecho de compartir algo juntos. En todo caso guardo gratos recuerdos de ambos. Que finalmente es lo que importa.

Para aquellas fechas cercanas a la muerte de este primer compañero, tuve la oportunidad en medio de su enfermedad, de dedicarle un cuento que ya había escrito, pero que me pareció de cierta forma indicado para darle ánimos y poder combatir. Cierto es que no lo escribí por el, pero hay una linea delicada en la estampa que dan los detalles, que hacen imposible quitar una carga de algo que ya está definida por lo que es. Pasa de esta manera con este escrito. Que ha dejado de ser mio, para convertirse en una foto de alguien más. Y creo que eso le da un sentido de pertenencia universal.

Todo es.

Inevitable es ese sentido de

Pertenencia, que hace del hombre

Lo que nunca ha querido ser.

Para Aldo.

Soy un hombre, una esfinge, un leopardo, pero ante todo sigo creyendo. Y mi más amplia convicción es ser eso que a la vista de los demás y la mía propia es satisfactoriamente aclarada por el espejo y las pupilas que ante mi pertenencia en esta tierra me siguen viendo como el hombre que soy.

Soy un hombre dispuesto a matar, a seguir fielmente el camino de una tribu, dando paso tras paso, un encuentro de felicidad corporal que me asemeje a la victima que por mis manos pase. Me encuentro erecto en el centro de la tierra derramando una a una las lagrimas de mis esclavos que sin dejar por detrás a ninguno en un frasco guarde.

Aunque éste sea mi propósito en esta vida, desconfío en mi fuerza, en la claridad emocional que pueda pasar al frente de mis ojos, de esa forma como veo a la vida, ser un esclavo de mis propias acciones, convertirme en la victima de mis victimarios, ser nadie en donde se encuentra todo, serlo todo en donde no hay nada.

Soy la victima de los leones, un pedazo de carne utilizado como carnada ante los ojos inmóviles de una manada, atrapado dentro de un circulo, y viendo como uno a uno, espera por dar el primer paso, ante la idea de acabar con la vida del que en algún momento se creyó interminable. Trato de calzar mi espíritu, acoplarlo a un sentimiento de piedad, pero soy un hombre y más que un hombre; un asesino, peleo con mi mente, pensando que la naturaleza tendrá piedad de mi.

Soy un asesino. Es la naturaleza el Dios que en algún momento me dio vida, es la esfinge al final del camino ese retrato ficticio de mi memoria que hace de mi, un credo de predilecciones. Se que ella no confía en mi, ella es mi diosa la creadora de mi existencia ¿y cómo creer en aquella persona que cobra vida para luego acabarla? no soy más que el samurai, con espada de doble filo, acechando al amigo, para convertirlo en enemigo.

Es el león, la criatura que me aborda ante la inequívoca sospecha de ser un rey, de ser una persona al mando de todo, de ser ese animal, de imponente carácter, de mirada fría, y sediento de sangre, con hambre de deseos. Soy un samurai que en el vuelo, recorre el mundo, para caer luego sobre las nubes y ver mi figura ante el reflejo del océano, que lleno de vida aclama por mi, pero la tierra es mas poderosa, la tierra llama, así como llama el corazón de una madre, de la madre naturaleza que reza por los pecados cometidos, del hijo que negó ser alguna vez lo que fue, que no se fijo en su alrededor, que lo tenia todo y luego nada, y es que la tierra llama.

No son muchos pasos ante el deseo incontrolable de desgarrar la piel, dejarla secar bajo el sol, bajo una fosa de traiciones, hacer que de ella, una u otras generaciones, se fortalezcan del alimento necesario que de la piel putrefacta brota; los gusanos, las lombrices, las que llevan parte de ti hasta el final de los días, son estos gusanos los responsables de formar una nueva vida, de cargar en su cuerpo flácido la responsabilidad de crear; sustituirlo, como la oruga, cambiar, ser partes de un proceso metamórfico. Pensar que no todo era lo pensando, soy el leopardo que en recuerdos, creyó ser un hombre, pero mas que eso, soy el leopardo, que sobre su lomo porta las alas de todas la mariposas, soy ese leopardo, la mascota de la esfinge, que soñó con ser hombre y no es mas que un león. Soy eso, lo que es, lo que todo puede ser, lo que todo es.

Daniel Dannery.

2003.

EL JUICIO. (Teatro).

Foto: Vladimir Sanchez.

En 2009 tomé la decisión de escribir mi primera comedia en solitario. Antes había participado en la creación colectiva que fue "¿Quién es el asesino del extraño y absurdo caso de la mansión Dupin?" (Trasnocho. 2009) Comedia en clave Suspense que parodiaba "Los Diez negritos" De Agatha Cristie, y en la cual comencé a jugar con construcciones dramáticas cercanas al absurdo. Y que escribí junto a Armando Alvarez y Anais Alvarado. Antes de eso, sólo había escrito cosas muy cortas, o una obra que llame "Moverse a Oscuras" que no era una obra propiamente dicho, cuando la consiga la publico por aquí; ademas es un dramon horrible, y nunca la pude montar, aunque mi amiga Zaccha Rosales conserva material audiovisual de muchos de los ensayos. Material que nunca he visto, lo más seguro es que nunca lo vea, porque si la conocieran sabrían que es caso perdido (Te quiero Za!).
Foto: Juan Carlos Castillo.

En todo caso, luego del estreno de "¿Quién es el asesino...?" o como me gusta llamarla a mi cariñosamente "Querido Culpable" (Título que rechazaron desde un principio, y que a mi siempre me pareció mas propicio, y que ademas era un juego de palabras en Inglés, por uno de los personajes de la obra más importantes nombrado. W.C. : Wanted Culprit = Culpable deseado o Querido Culpable según como lo quieran Traducir.) quede con la espina de construir algo absurdo.
Algo que se acercara a esos mundos distorsionados de las obras de Ionesco, que no es más que nuestro propio mundo, en el que habitamos día a día, y en el que obramos de las maneras mas absurdas y sin sentido posible. Y dada mi afición con Tzara y su vanguardia "Dadaismo" quise hacer una mezcla de géneros.
Una comedia absurda con un Juicio de por medio, una oportunidad para parodiar grandes obras como "El proceso" de Kafka, "Matar a un Ruiseñor" de Lee, en fin, una oportunidad para crear mi propia Metamorfosis en tono Ionescano.
La cosa no fue muy fácil. Afortunadamente tenía la idea. Sin idea es imposible arrancar y a mi eso de tener ideas me cuesta bastante. Siempre he sentido curiosidad por el Mito que habla acerca de que si te comes la carne de un animal, adquieres la energía del animal muerto. Una especie de Transportación Energética que va del alma del animal muerto a tu propia humanidad. (Por cierto hay una película bien chévere que se llama "Ravenouz" que toca el tema, "Hermano Oso" de Disney se mete más o menos en ese terreno).
Foto: Juan Carlos Castillo.

Pues ahí tenía mi excusa para hablar sobre de lo que realmente me interesaba que no es más que de la Estupidez Humana. Cosa harto difícil que creo no logré, luego de haber visto la obra montada (Skenapá, Colegio Champagnat. 2010), pero que tampoco me dejó con mal sabor de boca. Como dicen: hay que aprender de los errores.
Por tanto ya tenía mi idea: Un hombre se come un ave. Y lo enjuician por haberlo hecho. ¿Que cosa más estúpida que enjuiciar a una persona que por comerse un pollo? A partir de ese momento, emprendí la ardua labor de comenzar a ver, leer, y escribir. Y bueno el resultado final, fue este texto que titulé "EL JUICIO" (Con una clara doble intención semántica) y que subtitulé: ABSURDO DE SABOR AVIAR.

Espero la disfruten.

Nota:
Pensando en que si publicaba la obra en un post iba a ser un fastidio leerla. La he montado en este formato. Si dan click sobre la pestaña que dice "VIEW ON SLIDESHARE" van directamente a la página y la pueden descargar. O si prefieren leerla en linea en GRANDE pueden darle click a la pestaña del menú inferior que dice "FULL" ahí se agrandara.

Nota 2: DAR CLICK EN LA PALABRA "LINK"·
Este Link pertenece a la página de Erly Ruiz, ese caballero fue el elegido para crear la música del montaje, el SOUNDTRACK. Y como el es un tipo full ordenado que le gusta que conozcan su trabajo (como a mi). Ahí están publicadas las canciones que le dieron vida a la obra. Espero las disfruten.

Diseño de Arte: José Manuel Cruz.

DaDa.
2010.

EL DECLARATORIO.

El año pasado cuando emprendí la escritura de mi obra "El Juicio" (Champagnat, 2010, SkenaApá.) Quería hacer algo realmente absurdo, algo muy Ionesco, algo que me hiciera reír por las situaciones alocadas en la que estaban inmersos los personajes en su mundo. La verdad es que sufrí horrores escribiendo esa obra, se me dificultó mucho, y comprendí por empirismo el genio creador que era Ionesco.

Reescribí escenas y escenas, fue un trabajo que me llevó casi 6 meses, desde la concepción de la idea hasta el resultado final, (que obviamente se vio modificado en proceso de ensayos). Una de las modificaciones en proceso de montaje tiene que ver justamente con una escena que se llevaba a cabo entre un Testigo y el Fiscal, fue la escena que más cambios sufrió.

Revisando entre los primeros borradores de esa obra, encontré el boceto de esa escena y como la había pensando originalmente, leyéndola, me di cuenta que funcionaba por separado a la historia que yo había ideado, y decidí convertir ese primer borrador en esta pequeña obra corta.

EL DECLARATORIO.

Pieza breve en clave de juicio.

Daniel Dannery

PERSONAJES:

FISCAL.-

De rasgos simiescos, tono de voz orangutanesco y movimientos contorsionados. 60 años.

PSICOLOGO.-

De parecido cercano con Jean Paul Sartre, por lo tanto el actor que encarne el personaje debería sufrir de estrabismo; seria lo más indicado. En caso de no ser posible, el personaje deberá ser ciego como Jorge Luis Borges, en ese caso su tono de voz debe ser aburrido, nada melódico y de sonoridad argentina. En caso de lograr obtener un actor similar a Sartre su tono de Voz debe ser chillón, pedante y altanero. 60 años.

JUEZ.-

Un tipo grande, gordo y divertido. Con la peluca de Juez debería parecer una linda foca disfrazada. Tono de voz melodioso y hasta cantarín. 60 años.

LA ESCENA.

La escena como un juzgado. Aunque se puede jugar con la disposición de los elementos en el espacio. El lugar que debería estar tomado por el Defensor y su defendido, están ocupados por unos muñecos grandes, maquillados y vestidos; algo muy Reverón, igual debe pasar con el Jurado. A partir de ahí, el Director y su equipo tienen libertad de hacer lo que quieran.

En escena ya están los tres personajes, permanecen sentados por largo tiempo, en un juego de miradas muy extraño. El fiscal ve al psicólogo, el psicólogo al juez, el juez al fiscal, el fiscal al juez, el juez al psicólogo el psicólogo al fiscal, y el fiscal al juez, y así por un tiempo. De la calle ruidos de que un circo ha llegado a la ciudad se dejan colar por la ventana abierta del juzgado de vez en cuando.

Finalmente El Fiscal está se para y va hacia donde se encuentra El Psicólogo. Lo bordea por un rato detallándolo con perspicacia.

  1. FISCAL: Dr. ¿Desea ser llamado de esa manera?
  2. PSICOLOGO: No podría ser llamado de otra manera.
  3. FISCAL: Muy bien. ¿Cuéntenos Dr., por qué ha sido llamado usted hoy a este humilde juicio?
  4. PSICOLOGO: Para demostrar si el acusado se encuentra pleno en sus facultades mentales.
  5. FISCAL: Muy bien. Y podría decirnos, si el acusado se encuentra pleno.

(Todos comienzan a mirar a EL MUÑECO que se mantiene inmóvil, obviamente, el fiscal se acerca lentamente intentado buscar indicios de vida en el, pero no de manera muy obvia, más bien algo de comprobación visual personal. Por la ventana del juzgado se cuela canción de circo.)

  1. PSICOLOGO: No veo razones para pensar que el acusado no se encuentre pleno.
  2. FISCAL: ¿De sus facultades mentales?
  3. PSICOLOGO: Es lo que he dicho.
  4. FISCAL: Disculpe Dr. Pero es que no ha aclarado.
  5. PSICOLOGO: ¿Y es necesario aclarar lo obvio? Acaso es necesario que yo aclare que usted es un hombre, cuando veo que es un hombre, ó debería pensar al verlo que usted es una mujer u otra cosa.
  6. FISCAL: No es lo a que me refería Dr.
  7. PSICOLOGO: Pues debería usted aclararse abogado. Si yo digo que el acusado se encuentra pleno, es porque se encuentra pleno, no veo razones que demuestren lo contrario.
  8. FISCAL: Entonces usted alega que el acusado no presenta indicios de locura.

(Canción de circo desde la ventana. Comienzan sonidos de pájaros como si pasaran por encima del juzgado, no muy largo. Pausa)

  1. PSICOLOGO: ¿Locura? No usamos ese término cuando nos referimos a nuestros pacientes.
  2. FISCAL: ¿Y qué términos usa Dr.?
  3. PSICOLOGO: ¿A qué quiere llegar con todo esto?
  4. FISCAL: Aquí el único que hace preguntas soy yo Dr.
  5. PSICOLOGO: Ya veo…
  6. FISCAL: Así que le pido…
  7. PSICOLOGO: Es usted un hombre de carencias
  8. FISCAL: ¿Qué?
  9. PSICOLOGO: Puedo verlo con solo observarlo.
  10. FISCAL: Por favor Dr. Limítese a las pre…
  11. PSICOLOGO: ¿Cómo llegó aquí?
  12. FISCAL: ¿De qué habla?
  13. PSICOLOGO: Aquí, cómo llegó usted aquí.
  14. FISCAL: No sé.
  15. PSICOLOGO: Claro que sabe. Cuéntenos.
  16. FISCAL: Bueno…yo…
  17. PSICOLOGO: Vamos, vamos… es usted un buen chico.
  18. FISCAL: Yo… tuve…
  19. PSICOLOGO: Aja…
  20. FISCAL: Tuve… que…
  21. PSICOLOGO: ¿Tuvo qué…?
  22. FISCAL: Es complicado.
  23. PSICOLOGO: Sino se ayuda usted mismo… quién lo va a ayudar.
  24. FISCAL: Pero Dr.
  25. PSICOLOGO: Vamos a hacer algo… Usted será yo… y yo seré usted.
  26. FISCAL: ¿Cómo?
  27. PSICOLOGO: Es fácil hombre. Usted asumirá roles. Jugaremos a los roles. Usted ahora asumirá que soy yo, y yo asumiré que soy usted. ¿Entendido?
  28. FISCAL: Bueno…
  29. PSICOLOGO: Así me gusta, con predisposición. Empecemos: ¿Hace calor no le parece Dr.?
  30. FISCAL: Sí, hace calor.
  31. PSICOLOGO: Como si fuese yo… vamos, vamos… (Como el fiscal) ¿Y cómo llego usted aquí?
  32. FISCAL: (Como el Dr.) ehhh… bueno… por una transpolación vial.
  33. PSICOLOGO: (Como el fiscal) Ah, muy bien. Las transpolaciones viales siempre lo ayudan a una a llegar. Y fue una transpolación media, ó baja.
  34. FISCAL: (Como el Dr.) Bueno vera usted abogado, dentro del marco de transpolaciones existentes diría yo que fue una transpolación media.
  35. PSICOLOGO: (Como el fiscal) ¿Y podría decirnos si esa transpolación la ha afectado de alguna manera?
  36. FISCAL: (Como el Dr.) Bueno… podría decirse que sí, que si me ha afectado.
  37. PSICOLOGO: (Como el fiscal) ¿De qué manera?
  38. FISCAL: (Como el Dr.) Pues de muchas maneras.
  39. PSICOLOGO: (Como el fiscal) ¿Cómo cuales Dr.? Sea preciso.
  40. FISCAL: (Como el Dr.) No sería prudente enumerarlas aquí.
  41. PSICOLOGO: (Como el fiscal) Ha jurado usted frente a un tribunal. Lamento decirle que debe ser lo más sincero posible.
  42. FISCAL: (Como el Dr.) Me niego.
  43. PSICOLOGO: (Como el fiscal) ¿Como que se niega?
  44. FISCAL: (Como el Dr.) He de negarme a testificar. Me voy
  45. PSICOLOGO: (Como el fiscal) No se puede ir.
  46. FISCAL: (Como el Dr.) Pues me voy sin irme
  47. PSICOLOGO: (Como el fiscal) Eso no lo puede hacer.
  48. FISCAL: (Como el Dr.) Me he ido, mire como no estoy aquí.
  49. PSICOLOGO: (Como el fiscal) Tiene que declarar.
  50. FISCAL: (Como el Dr.) Como no estoy aquí, no he de aclarar nada. Me han obligado la presciencia. Tome nota el jurado.
  51. PSICOLOGO: (Como el fiscal) Ustedes no toman nota de nada. ¿Me han escuchado? Y usted se va de aquí. Su señoría…
  52. JUEZ: Pues yo no veo cual es el problema… Todo se desenvuelve con naturalidad. (Comienza a Cantar, más bien a tararear algo)
  53. PSICOLOGO: (Como el fiscal) Pues si no se va usted me voy yo. (Sale)
  54. JUEZ: Pues yo no veo cual es el problema… Todo se desenvuelve con naturalidad. (Canta, esta vez canta completo, la canción puede ser creada o de elección del director, o el actor, se recomienda “Puro Teatro” de La Lupe, en clave POP. Música. Baile. Coreografía. Aplausos enlatados. Etc.)

Cuando termina de cantar. Pausa. Sonido de circo que se cuela por la ventana. Juego de miradas.

  1. PSICOLOGO: Me parece una falta de respeto que me hayan llamado a testificar.
  2. FISCAL: ¿Una falta de respeto?
  3. PSICOLOGO: Si.
  4. FISCAL: Puede aclararle al jurado porque le parece una falta de respeto.
  5. PSICOLOGO: Me niego a hacer explicita mi incomodidad
  6. FISCAL: ¿Se niega?
  7. PSICOLOGO: He de negarme a testificar ante un caso del que no se me hablo antes de subir al estrado. Me voy
  8. FISCAL: No se puede ir.
  9. PSICOLOGO: ¿Por qué?
  10. FISCAL: Porque usted ha jurado sobre la constitución y la santa Biblia y no le puede quedar mal ni al pueblo ni ha dios.
  11. PSICOLOGO: ¿Podría hacerle desplante a alguno de los dos?
  12. FISCAL: Imposible, el pueblo y dios son una sola unión “indesgranable”
  13. PSICOLOGO: Pues me voy sin irme
  14. FISCAL: Eso no lo puede hacer.
  15. PSICOLOGO: Me he ido, mira como no estoy aquí.
  16. FISCAL: Tiene que declarar, y le exijo un poco mas de respeto ante este tribunal
  17. PSICOLOGO: Como no estoy aquí, no he de aclarar nada. Y el respeto lo exijo yo.
  18. FISCAL: ¿Pero se ha vuelto loco?
  19. PSICOLOGO: No más que usted.
  20. FISCAL: Tome nota el jurado que el testigo me ha llamado loco.
  21. PSICOLOGO: Que tomen nota que no le he llamado loco solo a usted, sino a todos los que están en esta sala.
  22. FISCAL: Cállese y bajase del estrado.
  23. PSICOLOGO: Hace un rato que me baje de aquí.
  24. FISCAL: Pues yo y todas las personas en el recinto estamos viendo que sigue usted ahí.
  25. PSICOLOGO: Pues no esta viendo con claridad señor. Yo me fui, no estoy, desaparecí.
  26. FISCAL: Déjese de payasadas.
  27. PSICOLOGO: Déjese de payasadas.
  28. FISCAL: ¿Qué hace?
  29. PSICOLOGO: ¿Qué hace?
  30. FISCAL: ¿A dónde espera ir con esto?
  31. PSICOLOGO: ¿A dónde espero ir con esto?
  32. FISCAL: Deje de decir todo lo que yo digo.
  33. PSICOLOGO: Lo que yo digo.
  34. FISCAL: Cállese
  35. PSICOLOGO: Cállese, cállese, cállese.
  36. FISCAL: ¡Usted!
  37. PSICOLOGO: ¡No! Usted.
  38. FISCAL: No usted.
  39. PSICOLOGO: No Usted.
  40. FISCAL: No Usted.
  41. PSICOLOGO: No Usted.
  42. JUEZ: ¡Silencio en la sala!
  43. PSICOLOGO: Usted.
  44. JUEZ: Silencio.
  45. FISCAL: Silencio.
  46. PSICOLOGO: Silencio.

Los tres quedan en silencio. Juego de miradas. Sonido de circo.

  1. PSICOLOGO: (Como el Fiscal) Su señoría. Hemos terminado con el testigo.
  2. JUEZ: Muy bien. Receso de 10 minutos.
  3. FISCAL: Pero su señoría…
  4. JUEZ: shh, shh. Usted se calla. Receso de 10 minutos.

Canción infantil, El Juez salta la cuerda. BLACKOUT.

2010.

DaDa.

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